Esperanza
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
ya más de un mes que estamos confinados en casa. Cuando miraba por la ventana o
salía a la huerta, veía que los árboles estaban todos secos, sin vida; por
ningún lado había esperanza, solo la certeza de otros años me llevaba a esperar
que en algún momento empezaran a salir los brotes.
Hoy,
después de un mes, muchos árboles están brotando de una manera tímida a la
vida, cada uno a su estilo: uno con pequeñas flores, otros con pequeñas hojas
verdes, cada uno según su especie. Pero todos están ya con vida; la Naturaleza
nos dice que todo sigue su curso y que, si esperamos en el Señor, veremos los
frutos.
La
esperanza es la que nos mantiene vivos; si perdemos la esperanza, morimos en
vida. Si vivimos de la desesperanza, el fruto será la angustia, la ansiedad...
pero, si dejamos que la esperanza entre en nuestra vida y vivimos de ella,
entonces todo se renueva.
Es
como cuando te ha tocado un décimo de lotería: sabes que tu décimo está
premiado, pero todavía no tienes el premio. Esto es la esperanza: la certeza de
que el Señor está con nosotros, que nada de lo que estamos viviendo es
indiferente a Él. Es verdad que a veces nuestro dolor nos impide ver cómo el
Señor actúa en nuestra vida, ese dolor nos ciega para poder ver, pero el
misterio es saber mirar a través de las lágrimas. No quieras no llorar, sino
mira a través de ellas.
La
esperanza no es otra cosa que dejar en manos del Señor aquello donde tú y yo no
llegamos, sabiendo que Él sí llega. Es confiar nuestra vida a Él. Porque la
esperanza en Él no defrauda.
Pero,
¿qué esperamos? ¿Volver a lo que dejamos atrás? No, algo nuevo nos viene por
delante; no sé muy bien el cómo, ni el qué... pero sé que el Señor está con
nosotros y nunca nos abandona, siempre vence su amor y, por ello, la certeza de
que una vez más brotará la vida y algo nuevo florecerá.
Me
gustaría decirte soluciones de lo que va a pasar o de cómo vamos a vivir. Esto
no lo tengo; lo que tengo es a Jesucristo, y en esta mañana te le entrego para
que pongas tu vida en Sus manos y le pidas poder vivir de la esperanza en Él.
La esperanza, el primer regalo que te va a hacer es la paz del corazón, de
saber esperar.
Hoy
el reto del amor es escribir dos mensajes de esperanza a alguien que sepas que
no la tiene, que vive desde el miedo o la angustia. Anúnciale que Jesús le ama
y que no pierda la esperanza, ya que ella es la que nos sostiene con vida.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
