Un
desorden con historia
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
estuve trabajando con Israel en el pequeño taller. Como teníamos varias cosas
urgentes que sacar, simplemente despejamos la mesa de trabajo “empujando” lo
que tenía encima, sin fijarnos en lo que era.
Pero,
cuando ya acababa la tarde, de pronto me di cuenta de lo que habíamos apartado:
cajas con rosarios para montar, medallas de la Virgen para engarzar, peluches
por coser...
Eran
nuestros proyectos. Los proyectos en los que tanto habíamos estado trabajando,
y nos quedaba poco para terminar... pero llegó la pandemia.
No
habíamos vuelto por el taller desde que empezó el confinamiento. Estaba todo
como lo dejamos. Y aquellos proyectos, que parecían tan importantes, ahora han
quedado atrás para dejar paso a otros nuevos: pulseras-detente, ángeles de la
guarda...
Todos
nos hemos tenido que “recolocar” en esta situación. Mucho ha cambiado, y hay
cosas que han quedado atrás. Pero, ¿sabes? Cristo es el Señor de la Vida. No le
gusta la nada, el vacío... Si hace hueco, ¡es porque quiere llenarlo! A Él
nunca se le agotan las posibilidades.
“Sal
de tu tierra, de la casa de tu padre, al lugar que yo te mostraré”, le dijo a
Abraham.
A
nuestro padre en la fe se le pidió que dejase atrás todo su mundo conocido,
toda su seguridad, para ir “al lugar que yo te mostraré”.
No
está mal la indicación, ¿verdad? ¿Qué sitio es ese? ¿Hacia dónde hay que ir?
Bueno,
en realidad Cristo solo te indica que te pongas en camino, que confíes en Él.
Su promesa es iluminar el siguiente paso que tienes que dar. Personalmente,
preferiría ver el camino entero y contar además con un mapa... pero veo que
esta es la forma de confiar y de aprender a mirar cada mañana a Cristo para
preguntarle: “¿A dónde vamos hoy?”.
Hoy
el reto del amor es entregar el pasado y el futuro al Señor. En estos momentos
de tanta incertidumbre, pueden aparecer miedos sobre lo que vendrá, nostalgia
de lo que fue... ¡pero el Señor actúa en el presente! Deja en Sus manos lo que
ha quedado atrás, confía y ábrete a las posibilidades que te ofrezca en el día
de hoy. ¡Cristo cuenta contigo! ¿Estás dispuesto a dejar atrás tu tierra, tus
planes... para ser su instrumento en donde Él te muestre? ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma