Los sacerdotes deben promover y favorecer la confesión frecuente
Durante las
misas dominicales en los templos donde hay más de un sacerdote, es normal ver
cómo mientras uno de ellos celebra la Eucaristía, otro se encuentra en el
confesionario recibiendo a los fieles para administrar el sacramento de
penitencia. Pero, ¿está permitido
hacer eso?
Sobre esta cuestión existen entre los sacerdotes
diversas opiniones, tanto en contra como a favor. Pero la Iglesia, a través de la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en el año
2001 respondió de manera oficial. Lo hizo citando la
Instrucción Eucharisticum
mysterium publicada el 25 de mayo de 1967 que refiere en su
numeral 35: “Se procure
encarecidamente que los fieles se acostumbren a acudir al sacramento de la
Penitencia fuera de la celebración de la Misa, sobre todo en las horas
señaladas, de tal manera que su celebración se haga con tranquilidad y con
verdadera utilidad de los mismos y no sean estorbados en la participación
activa de la misa”.
Ahora bien, esta disposición no prohíbe a los
sacerdotes administrar este sacramento en el momento que ellos deseen y crean
necesario, sino que sólo
se les aconseja animar a sus fieles a acercarse al sacramento fuera de la
celebración Eucarística.
Así lo confirma en párrafos posteriores de la
citada contestación: “Por otro lado,
esta norma en ningún modo prohíbe a los sacerdotes, aparte del que celebra esa
Santa Misa, oír las confesiones de los fieles que lo deseen, también en el
tiempo de la celebración de la Misa”.
Al contrario, en razón del desinterés que
actualmente existe entre algunos fieles de no acudir a este sacramento, con
mayor razón se exhorta a los
sacerdotes a que promuevan y favorezcan la participación frecuente de la
confesión.
Por lo que
termina exponiendo: […] “es lícito,
durante las Misas solemnes, recibir confesiones, cada vez que se prevé que los
fieles pedirán este ministerio. Si se organiza una concelebración, encarecidamente
se ruega que algunos sacerdotes se abstengan de la concelebración, de modo que
puedan estar disponibles a los fieles que quieran acudir al sacramento de la
Penitencia”.
De modo que queda claro que no está prohibido
impartir este sacramento al tiempo que se lleva a cabo la celebración
Eucarística. Al contrario, se invita a que haya sacerdotes dispuestos a recibir a los fieles que
deseen confesarse durante la Misa. Así lo recomienda San
Juan Pablo II en su Carta Apostólica Misericordia Dei en su número dos: “En particular, se recomienda la
presencia visible de los confesores en los lugares de culto durante los
horarios previstos, la adecuación de estos horarios a la situación real de los
penitentes y la especial disponibilidad para confesar antes de las Misas y
también, para atender a las necesidades de los fieles, durante la celebración
de la Santa Misa, si hay otros sacerdotes disponibles”.
Por: Daniel Alberto Robles Macías
Fuente:
ConMasGracia.org