Conventos y monasterios están
pidiendo ayuda tras quedarse sin ayudas debido al coronavirus
Durante estos
últimos días se ha conocido como la Iglesia se está volcando en la lucha contra
la pandemia del coronavirus. Y de una manera muy concreta lo están
haciendo en numerosos conventos, muchos de ellos de clausura.
En estos conventos han dejado su trabajo diario y se han puesto al servicio de las autoridades para realizar mascarillas, batas u otro material necesario y que escasea de manera preocupante en los hospitales.
En estos conventos han dejado su trabajo diario y se han puesto al servicio de las autoridades para realizar mascarillas, batas u otro material necesario y que escasea de manera preocupante en los hospitales.
Sin embargo, en la otra
cara de la moneda de esta entrega total por parte de estas religiosas está
la necesidad cada vez más acuciante incluso para poder comer. Cabe
recordar que muchos conventos viven humildemente gracias a las ventas que
realizan o directamente de la misma providencia, de personas que les llevan
dinero o comida.
Conventos y monasterios,
sin ingresos ni comida
El confinamiento y la
situación excepcional que se vive en España ha provocado que muchos
conventos se hayan quedado sin ingresos y en otros que la ayuda que
reciben se haya reducido hasta tal punto de lanzar un mensaje de auxilio.
Poco a poco se van
conociendo las necesidades de estos conventos en algunos medios, pero en la
práctica deben ser muchos los que necesiten la ayuda de los católicos
para poder comer o pagar las próximas facturas.
Es lo que está ocurriendo
por ejemplo con Iesu Communio, nuevo instituto
religioso con más de 200 religiosas y en su gran mayoría jóvenes. Con dos
casas, una en La Aguilera y otra en Godella, han visto reducir sus
ingresos a cero al tener que cerrar el obrador con el que elaboraban
los dulces y suspender las visitas de grupos al convento, momento en el que
vendían y recibían ayudas.
Cubrir "necesidades
básicas"
Desde Iesu Communio han
transmitido a las familias esta “necesidad” de ayuda pues al parecer ya
hay “necesidades básicas” que no pueden cubrir. Para ello, han
lanzado la posibilidad de recibir donativos on line a través de la web de venta
de productos de repostería que tienen para así poder superar esta
situación.
Por ejemplo, en la
localidad zamorana de Toro el servicio de Protección Civil está dando su
servicio de ayuda a domicilio a los monasterios y conventos de la localidad.
Las autoridades municipales precisaron que las religiosas de clausura
recibían ayuda externa de toresanos que, por la obligación de
permanecer confinados en sus viviendas, no pueden desplazarse hasta los
edificios religiosos y, por este motivo, Protección Civil es la que
atiende ahora necesidades básicas durante el estado de alarma.
Pero no sólo las monjas de
clausura necesitan esta ayuda. El Diario de Navarra se
hace eco del llamamiento urgente de las Hermanitas de los Pobres de
Pamplona, que se dedican en exclusiva a los ancianos necesitados y que vive
de la providencia. Sin embargo, la pandemia ha mermado buen parte de sus
ayudas.
Comida para los ancianos
pobres
La superiora, María
Dolores Ponce, explica que desde hace un tiempo no reciben la donación diaria que
les llegaba de un supermercado y que llenaba los frigoríficos y la despensa de
la residencia.
“Nos dijeron que cerraban
las donaciones hasta que terminase todo esto y aunque
hay colaboradores que lanzaron una llamada, hemos empezados ya a
notar algunas necesidades. Aquí por ejemplo nos llegaba a diario carne,
que aunque era en pequeñas cantidades íbamos guardando en el
congelador para acumular y luego cocinarla. Pero también nos mandaba yogures,
queso fresco, y toda la bollería que se consume en la residencia. Ahora
nos falta leche y yogures, que son productos que los ancianos
consumen a diario. Galletas todavía tenemos, pero también empezarán a
faltar. Y como queremos evitar utilizar las servilletas de tela, nos
hacen falta servilletas de papel”.
“Vivimos de
la caridad y en buena parte de lo que consiguen traer a casa las dos
hermanas que se dedican todos los días a recorrer las calles de Pamplona y
visitar los domicilios de los benefactores para pedirles su ayuda.
Pero desde febrero esas dos hermanas no pueden salir y muchas de
esas aportaciones no nos llegan porque son de gente
mayor que no tiene otro medio de entregarlas que en mano”.
El llamamiento
de María Dolores Ponce se convierte aquí en ruego, al pensar
que en dos días tendrá que hacer frente al pago de las nóminas del
personal y que la compra de alimentos para los residentes es un gasto
forzoso. “Los navarros, y en especial los pamploneses siempre se han
portado muy bien con nosotras”, agradece.
La ayuda a los conventos
cercanos a casa
Sin embargo, como
estos casos habrá seguramente muchos más. Contactar con los conventos
cercanos a casa para ver qué necesidades tienen puede ser una opción para
ayudar a estas religiosas que dedican su vida a rezar por todos o en ayudar a
los más desfavorecidos.
La fundación De
Clausura tiene un buscador de conventos por
provincias en los que puede localizar los más cercanos a sus domicilios por si
siente la llamada a ayudar a estas comunidades.
J. Lozano
Fuente:
ReL