¿Optimismo
o pesimismo?
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
He
leído varias noticias, y en ninguna he encontrado nada positivo, todo con un
tinte de negrura y sin esperanza; me han llamado por teléfono, y solo me
transmitían miedo, desconcierto, inseguridad... nada positivo ven en esta
situación que estamos viviendo, todo totalmente humano.
Me
daba cuenta de que el ser humano, ante una dificultad, tiene dos caminos: o
confiar en Dios o confiar en el hombre.
A
Dios han querido quitarle de sus vidas, por ello, en este momento, no saben ni
cómo tratarlo, y ponen la confianza en el hombre, pero de una manera absoluta,
y, al ver que el hombre no puede solucionarlo, la salida es el miedo, la tristeza,
la ansiedad...
Ahora,
en la oración, me planteaba qué podemos hacer para dar vida, porque, si vivimos
del no, de lo mal que estamos, de lo mal que vamos a estar... en todo ello solo
hay miras humanas.
Pero
hay una virtud humana que es apoyo de la caridad: el optimismo, y es muy
necesaria para convivir con tu familia en casa.
El
optimismo siempre ayuda a los demás a ir adelante. Porque, si queremos a las
personas con las que estos días nos toca convivir, no hay que ser derrotistas,
sino buscar lo bueno de esta situación y de las personas que tenemos al lado.
En el fondo, todos queremos tener un alma alegre y alegrar con nuestra vida.
La
fe y la esperanza son la base del optimismo cristiano, no tanto que las
circunstancias sean favorables, de estar bien o de que todo salga perfecto.
Para
ser optimistas tenemos que tener Fe en Jesús, la certeza de que Él está con
nosotros pasando esta situación, que en ningún momento se ha separado de tu
lado, que te ama, y que da Su vida por ti cada día para que tú tengas vida.
Esta
Fe viva es fundamental en este momento y, si no la tienes, pídesela a Jesús,
que te dé unos ojos nuevos para verLe. Porque con Él a tu lado todo es
diferente; puedes descansar, porque sabes que tu vida ya no depende de ti, sino
que está en Sus manos.
Y
la esperanza es la otra muleta para el optimista. La esperanza la perdemos
cuando nos damos por vencidos, cuando creemos que no hay nada que hacer... que
la suerte de si nos tocará o no, está al azar. Y esto no es verdad: nuestra
esperanza nos mantiene en pie, creemos y esperamos en el Dios de la vida.
Porque
nuestro optimismo cristiano no depende de la ausencia de dificultades y de
problemas, ya que estos surgen cuando menos lo esperamos, y estos días de una
manera especial. Nosotros nos apoyamos en la promesa del Señor: “Yo estaré con
vosotros todos los días”.
Y
no podemos olvidar que no estamos solos: nuestra familia nos aprecia y quiere
y, si te dejas ayudar, encontrarás apoyo para alcanzar la meta de esta
situación, caminarás con alegría.
Hoy
el reto del amor es optar por uno de los dos caminos: vivir desde la amargura,
el mal humor, el resentimiento... o coger el camino que te permita ver el bien,
lo bello, lo mucho que te ofrecen cada día. Cristo hoy te regala un día por
delante para vivir; elige qué camino quieres. Con Él siempre elegirás la vida.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma