La
fruta... ¡hay que pelarla!
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La
verdad es que no soy nada de comer fruta; en eso soy un poco desastre, porque,
con tal de no pelarla, prefiero no comerla.
Sí,
ya sé que hay comer frutas y que eso es vaguería, ¡es real! Y creo que hasta el
Señor está intentando convencerme de ello.
Porque
el otro día, cuando me tocaba servir, mientras pasaba el frutero para que las
monjas eligieran una pieza, Él me regaló ver que la fruta está toda llena de
vitamina, de alimento; solo que, para poder disfrutarlo, necesito “sacar lo que
lleva dentro”.
En
realidad Él me estaba hablando de mí misma... que muchas veces, por no “pelar”
mi corteza, por no dar más tiempo a sacar el jugo, me pierdo en el frutero sin
vivir el día.
Y
es que en el día vivimos muchas cosas, pero realmente solo vivimos lo que
vivimos con el corazón, cuando sacamos lo que llevamos dentro, cuando dejamos
que el día nos pele y podamos entregar a los demás lo mejor de nosotros mismos,
cuando plasmamos hacia afuera un poquito del sabor que llevamos dentro...
Mientras
que, si vivimos todo, tarea tras tarea, sin abrirnos, al final vamos perdiendo
la ilusión, todo se vuelve rutinario, y dejaremos pasar el tiempo mientras nos
machucamos en el frutero.
El
Señor, que nos regala este día, ha puesto en nuestro interior un montón de
dones; lo que sucede es que, para disfrutarlos... ¡hay que sacarlos afuera! Él
no ha hecho mal las cosas, a todos nos ha llenado de dones, sin excepción
alguna, porque a todos nos ama.
Hoy
el reto del amor es dar un poco de tus dones a los demás. ¿Sabes cantar, tocar
algún instrumento, se te dan bien los ancianos, o sientes alegría al escuchar a
los demás...? Quién sabe cuál puede ser tu Don... solo Él y tú. Es aquel en el
que sientes que el corazón se te llena de alegría.
¿Quieres
ser feliz? Da a los demás lo que tienes dentro.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma