Giorgio Giovanelli, profesor de derecho canónico en la Universidad
Pontificia Lateralense: "Es posible pero con el permiso del Papa"
El padre Giorgio Giovanelli haciendo videollamadas con su feligreses |
El
padre Giorgio Giovanelli, profesor de derecho canónico en la
Universidad Pontificia de Letrán de Roma y pastor de la
parroquia de Santa María Goretti en Fano, a unas 180 millas al noreste de Roma,
ha explicado si es válida la confesión telefónica en este tiempo de estado de
alarma y confinamiento debido al coronavirus.
Al P. Giovanelli le formularon la siguiente
disyuntiva: Si un sacerdote usa una máscara y se encuentra a tres o seis
metros de distancia de un penitente que pide el sacramento de la
reconciliación, ¿está realmente más presente que un penitente que él conoce por
teléfono? "Tal vez, pero tal vez no", recoge The Tablet.
El experto en derecho canónico prefiere
confesar a los feligreses en la sacristía de su parroquia,
llevando a cabo las instrucciones sanitarias del Gobierno de Italia y de
acuerdo con las recomendaciones de la Conferencia Episcopal italiana.
En dos esquinas opuestas de la sacristía
El
padre Giovanelli explico que ambos se ponen máscaras y el sacerdote se coloca
en una esquina de la sacristía y el penitente, en la esquina
diagonalmente opuesta.
"La sacristía es la única sala lo
suficientemente grande como para garantizar que pueda estar a más de tres
metros de distancia y garantizar el secreto de la confesión al
mismo tiempo", puntualizó.
El derecho canónico de la Iglesia católica requiere que, en la mayoría de
los casos, el sacerdote y el penitente estén físicamente presentes. El
penitente declara sus pecados en voz alta y expresa contrición por ellos.
"La confesión bajo encierro no es la ideal,
pero con la mayoría de los feligreses, es posible cumplir con los requisitos de
la iglesia para el sacramento, incluso con las pautas pandémicas de la
conferencia episcopal", subraya el sacerdote italiano.
Absoluciones generales
Explicó
así mismo que en estos momentos no considera que las condiciones sean extremas
para que los obispos autoricen el uso de la "absolución general sin confesiones
individuales".
Esta práctica de la Iglesia está generalmente
reservada para situaciones de vida o muerte, para comunidades que pasan muchos
meses sin un sacerdote y se enfrentan a un peligro inminente de muerte;
pero aún así, es necesaria que un grupo de penitentes soliciten la
absolución.
"No puedo salir al patio y hacer la señal de
la cruz y dar la absolución de la ciudad. O no se puede poner un sacerdote
frente al hospital y hacer lo mismo por aquellos que están dentro. Una
cosa es pararse frente a un gran grupo de personas que desean el perdón y otra
es hacer algo impersonal, genérico, para un grupo de personas
que tal vez ni siquiera saben que está sucediendo", explicó el experto
canonista.
El padre Giovanelli también se refirió a dos
grupos de feligreses que merecen una atención especial y
extraordinaria: los ancianos, a quienes una persona
asintomática podría transmitir el virus, y aquellos en el hospital que dieron
positivo por Covid-19, están aislados y en peligro de la muerte.
Confesiones por vídeollamadas
Respecto
a poder confesar a sus feligreses por llamadas telefónicas o videollamadas, el
sacerdote se mostró a favor del uso del derecho canónico para la salvación
de las almas, pero apuntó que la absolución de la llamada telefónica requeriría
un permiso especial del Papa Francisco porque la regla
"en persona" es una cuestión de ley universal de la Iglesia.
El padre Giovanelli reflexionó también sobre
el avance de las nuevas tecnologías y puntualizo que la presencia virtual es
real. "¿Estoy menos presente por teléfono? ¿Quién podría decir que
falta la dimensión de celebración del sacramento en estas situaciones
muy particulares y estrechamente definidas?", se
preguntó.
Aún así, el canonista advirtió que no está
buscando "un cambio en la práctica sacramental, sino responder
a una nueva situación en la que siempre debemos considerar que la ley suprema
de la iglesia es la salvación de las almas".
"Esta podría ser la 'creatividad' que el Papa
Francisco pidió a los sacerdotes" al responder a la pandemia, dijo. "Esto
no es teórico sino pastoral".
Fuente:
Religión Confidencial