El consejo del Pontífice ante la multitud de ‘solitarios’ de las redes
sociales y de la cultura de la indiferencia y del descarte
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“La soledad se vence no encerrándose en uno mismo
sino invocando al Señor, porque el Señor escucha el grito del que está
solo”, se lee en la cuenta Twitter del Papa Francisco este lunes
3 de enero de 2020.
El Pontífice ha
tratado el tema de la soledad en otras ocasiones, valorando la cultura del
encuentro y la esperanza cristiana como antítesis de la soledad silenciosa,
aisladora, angustiante y constante.
La soledad que
se impone en nuestros días, en tiempos de aplicaciones para Smartphone,
redes sociales con miles de amigos virtuales, páginas online para
encuentros ‘amorosos’ e innumerables herramientas para la comunicación digital.
@Pontifex_es
sobre la soledad
Para Francisco,
la dignidad de la persona y la familia “está herida” en una sociedad egoísta y
consumista que alimenta una masa de hombres y mujeres solos e infelices.
En el marco del
drama de la soledad, se encuentra la crisis del amor entre hombre y
mujer y las consecuencias en la vida de la familia.
Por eso,
insiste, la Iglesia de puertas abiertas abraza el dolor humano a través
de la misericordia. “Una Iglesia que educa al amor auténtico, capaz de
alejar de la soledad, sin olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad
herida”, invitó el Papa en la apertura al Sínodo sobre la familia el 4 de
octubre de 2015.
La soledad es
el drama que “aún aflige a muchos hombres y mujeres”: ancianos abandonados;
“viudos y viudas”; personas abandonadas por sus cónyuges, “emigrantes y
refugiados” que huyen, “jóvenes víctimas de la cultura del consumo”
(ídem).
La soledad es
la “paradoja de un mundo globalizado”, donde hay “menos calor de hogar y
de familia; “muchos placeres, pero poco amor; tanta libertad, pero poca
autonomía”.
La crisis de la
sociedad, que necesita del amor entre el hombre y la mujer para sacar a la
humanidad de su infelicidad. El hombre, como
Adán sufre la soledad, pero se alegra cuando encuentra un “corazón que se
asemeje a él, que le corresponda” (Gn 2,18).
Además, el Papa
considera que el aislamiento hace mucho daño a la persona, pues “es caldo de
cultivo para el miedo y la desconfianza e
impide disfrutar de la fraternidad”. (Video mensaje enviado al
festival de Doctrina Social de la Iglesia, Verona – 24.11.2018).
Así, Francisco
pone a la Virgen María como ‘modelo’ para saber “estar
en medio de la gente”. “Ella es sierva, es humilde, es misericordiosa, está
en camino con nosotros, es concreta, no se pone nunca en el centro del
escenario, pero es una presencia constante”.
Francisco se
inspira en la madre de Jesús para contrarrestar la manía de protagonismo
irrefrenable que excluye al más débil o al más vulnerable (ídem).
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia