Un
bolsillo peligroso
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estaba
arreglándome con sor Puri un bolsillo de mi refajo (falda de lana que llevamos
debajo del hábito). Lo teníamos a medio coser cuando, de pronto, sonó la
campana: ¡teníamos que irnos!
-¿Y
ahora qué hacemos? -me preguntó sor Puri, mientras miraba lo bien empezado que
lo teníamos todo.
-¡Ah,
no te preocupes! -respondí alegremente. Cogí la aguja, con hilo y todo como
estaba, y la enganché al refajo. Con mucho cuidado me lo puse, ¡y listo!
-¡Te
vas a pinchar! ¡Te vas a pinchar! -exclamó alarmada sor Puri.
-Iré
con cuidado...
Evidentemente
aquello no era muy creíble, así que sor Puri cogió la aguja y, sí, la enganchó
al refajo, pero metiéndola entre la lana del bolsillo, de forma que quedara
escondida.
Al
cabo de un rato, caí en la cuenta, un poco alarmada, ¡de que se me había
olvidado la aguja! Llevaba tiempo moviéndome con total normalidad... ¡y no me
había pinchado!
La
lana, abrazando la aguja, me protegió todo el tiempo. ¡¡Y justo así es como
actúa Jesucristo!!
El
Señor nos dice: “Si pasas por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego,
no te quemarás, ni la llama prenderá en ti...” (Is 43, 2).
Cristo
no nos promete evitar los problemas en nuestra vida, o borrar las dificultades.
No, su promesa es distinta: nos asegura protegernos para que, al pasar por esas
situaciones, no nos hagan daño.
Él
nos cubre por completo, como la lana me protegía a mí. Y, como la lana,
prefirió ser atravesado Él, para que nosotros tuviésemos salvación.
Si
continuamos con la cita de Isaías, poco después encontramos el motivo por el
que Cristo obra así:
“Porque
eres precioso a mis ojos, y yo te amo”.
Lo
que nos cubre y nos protege... es Su amor.
La
aguja puede seguir ahí, pero, cubierto de esta forma, ¡seguirás caminando,
hasta incluso olvidar que podías pincharte!
Hoy
el reto del amor es hacer un acto de fe en el amor de Cristo. Él ya te ama con
locura, lo ha dado todo por ti. Para gozar de este amor que te cubre y te
protege, solo falta una cosa: ¡que creas en él! Hoy pídele al Señor que aumente
tu fe en Su amor. Asómbrate y disfruta sabiendo que, el que creó todo el
universo... vive pendiente de ti. ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma