Hay muchos documentos que contienen el agradecimiento
del pueblo judío
Los archivos secretos vaticanos referidos al
Pontificado del Papa Pío XII serán abiertos a los investigadores a partir del
próximo 2 de marzo. Mons. Sergio Pagano explica en una entrevista que se han
tardado unos 15 años en organizar casi dieciséis millones de documentos.
La labor que permite la
apertura de los archivos fue notable: los archivos desclasificados suman casi
dieciséis millones de documentos entre los que se encuentran ciento cincuenta y
un mil textos de la Secretaría de Estado y 538 sobres separados tanto
sobre temas individuales como institucionales.
El Prefecto de los Archivos
Secretos del Vaticano, Mons. Sergio Pagano, ha concedido la siguiente
entrevista a Radio Vaticana:
¿Cuál ha
sido el proceso que ha llevado a la situación actual?
La espera de muchos
investigadores de todo el mundo ha durado, se puede decir, unos 14 o 15 años.
Este es el tiempo que han necesitado mis colaboradores, archiveros y el resto
del personal para preparar toda esta enorme cantidad de documentos: numerarlos,
seguir su protocolo y preparar los inventarios. Estos últimos, en lo que
respecta al Pontificado de Pío XII, hoy están todos en forma digital. Así que
los estudiosos los encuentran en nuestra sala y pueden consultarlos vía
«intranet», es decir, vía web en las salas del Archivo Apostólico Vaticano.
La espera es comprensible,
porque el pontificado del Papa Pacelli es muy relevante y crucial. Llega en un
momento de la historia de la humanidad lamentablemente devastado y
ensangrentado por el último conflicto mundial, pero también por todo lo que
ocurrió dentro de ese conflicto e inmediatamente después de su conclusión.
Obviamente, el dramático tema del Holocausto viene inmediatamente a la mente y
por lo tanto los judíos esperan muchas revelaciones de esta apertura. Pero en
los fondos relacionados con el Papa Pacelli hay importantes documentos sobre
las relaciones de la Santa Sede con los regímenes totalitarios, sobre los
acuerdos con las distintas naciones.
Se puede entender mejor la
posición del Papa y de la Santa Sede con respecto a ciertas políticas
religiosas, con respecto al comunismo y al absolutismo. Y también se conocerá
todo el gran trabajo del Papa Pacelli en el frente de la caridad. Puedo
atestiguar esto en primera persona, pues he ordenado yo mismo el fondo de
Caridad que cuenta con más de 8.000 sobres en los que hay miles y miles de
prácticas caritativas.
Es impresionante cómo Pío
XII recibió ofrendas de varios fieles católicos de todo el mundo, especialmente
de los Estados Unidos, y prácticamente el mismo día las redistribuyó
inmediatamente, a quienes las necesitaban, tanto a particulares como a
parroquias, orfanatos, hospitales, pero también a universidades e institutos de
investigación. Un verdadero río de dinero que era, digamos, el río de su
caridad. Prácticamente todos los que pidieron ayuda a la Santa Sede la
obtuvieron y tenemos el testimonio de esta enorme obra de caridad en este Fondo
de Caridad y en el fondo de la Comisión de Socorro.
Publicaremos dos poderosos
inventarios, editados por el Dr. Di Giovanni y el Dr. Roselli, que muestran
también el otro aspecto de la enorme caridad llevada a cabo de forma más
organizada a través de la Obra de Socorro. Por supuesto, también abriremos los
archivos de la gran Secretaría de Estado de Pío XII. Estos fondos también son
esperados por los investigadores para profundizar la doctrina del Papa Pacelli,
su pensamiento. Basta pensar en sus encíclicas o en el hecho de que es el
Pontífice más citado por el Concilio Vaticano II. Su doctrina, su teología y su
práctica pastoral siguen siendo fundamentales hoy en día y espero que con la
apertura de estos nuevos fondos puedan ser estudiados adecuadamente.
¿Podríamos
obtener nuevos documentos que prueben el trabajo de la Iglesia bajo el papado
de Pío XII para salvar a los judíos durante la Shoah?
Sin duda alguna. Por lo que
entiendo hay muchos. Hay muchos documentos que contienen el agradecimiento del
pueblo judío. Y hablo, obviamente, de judíos no bautizados, que permanecen en
su fe, que agradecen al Papa Pacelli por la ayuda prestada. Hay numerosos
testimonios de la ayuda prestada por los simples cristianos, así como por los
institutos religiosos y los propios obispos para salvar la salvación de esta
pobre población tan cruelmente perseguida.
Naturalmente también hay
voces disonantes sobre este aspecto, hay en el lado judío la evocación del
llamado problema de los silencios de Pío XII. Pero, a este respecto, los nuevos
documentos también proporcionarán una nueva explicación más detallada.
Conocemos la historia de este pueblo perseguido y el Holocausto y por lo tanto
entendemos muy bien que los judíos esperan tanto de estos documentos que ahora
son accesibles. Lo importante, en mi opinión, es que el estudio de estos
documentos, como los demás, se haga de manera justa, objetiva, científica e
histórica. Entonces, por supuesto, cada uno tendrá su propia opinión.
En este
contexto, ¿cómo encaja la jornada de estudio en el Augustinianum?
La apertura fue anunciada
por el Santo Padre hace ya un año, cuando recibió en audiencia al personal de
los Archivos Vaticanos. Pero para preparar adecuadamente desde el punto de
vista archivístico esta nueva apertura de fondos, a diferencia de lo que había
sucedido con las aperturas anteriores, se pensó en organizar una jornada de
estudio específica, precisamente en el Instituto Patrístico Augustinianum,
cerca de la columnata de San Pedro.
En esta ocasión, los
archiveros de los Archivos Vaticanos, pero también los archiveros de otros
archivos de la Santa Sede, presentarán su trabajo de preparación de los
documentos y la posibilidad que ofrecen estos documentos en relación con nuevas
investigaciones. Para este día, ya hemos tenido la participación de más de 200
personas entre historiadores e investigadores y también hay un gran grupo de
estudiosos judíos.
Nuestro objetivo, con este
evento, es servir a los investigadores ofreciéndoles una visión general de los
nuevos fondos y posibilidades de investigación, de las herramientas preparadas,
para que cada uno pueda entonces seguir su propio camino, hacer sus propias
investigaciones, sacar sus propias conclusiones, naturalmente con la mayor
libertad.
Fuente: SIC/InfoCatólica