Nosotros estaríamos dentro de la humanización
del hospital y de la atención integral al paciente. Nos centramos en la
dimensión espiritual, aunque después podamos hacer trámites a nivel social, a
través de Cáritas”
Compromís, la formación
de izquierda nacionalista valenciana fue clave dando su voto favorable en el
Congreso de los Diputados para investir a Pedro Sánchez como
presidente del Gobierno. Una vez que en España se ha formado un gobierno
socialista-populista-comunista, esta formación ha aprovechado para presionar al nuevo Ejecutivo para que retire la
presencia de capellanes (de cualquier
religión) en los hospitales públicos de España, especialmente de los católicos
que representan la inmensa mayoría.
Esta idea de la
izquierda radical, no sólo es algo común de Compromís, se basa en su ideología
anticlerical. Pero en realidad, ¿saben qué hace un capellán en un
hospital? ¿Han preguntado a los pacientes y sus familias sobre su
presencia?
La verdadera
labor de un capellán en el hospital
Uno de estos
capellanes que se vería afectado si el nuevo Gobierno intentase eliminar esta
figura de los hospitales es el padre Julián Torrijos, capellán del
Hospital 12 de Octubre de Madrid, uno de los centros hospitalarios más grandes
e importantes de España.
Este sacerdote
muestra a La Razón cuál
es la labor que realizan estos capellanes, que va mucho más allá de
administrar sacramentos, para convertirse en una mano tendida, en un oído
dispuesto a la escucha, en un psicólogo e incluso en un mediador. De hecho,
entre las personas que ayuda hay también muchos no creyentes.
Casi 30 años
lleva en el hospital este sacerdote, que antes estuvo un tiempo de misionero en
Brasil. Y desde entonces ha visto a muchas personas morir: niños,
adultos, ancianos solos… Y también ha visto mucho sufrimiento, tanto
en los enfermos como en sus familias.
Muchos no
creyentes también les piden ayuda
Es ahí donde
entra su papel también de escuchar y acompañar. El religioso afirma que
“naturalmente soy sacerdote y una parte esencial de mi ministerio es
administrar los sacramentos de sanación” pero no es su única gran labor puesto
que “el enfermo nos ve y nos trata de forma diferente a los de su entorno”.
Según la
experiencia del padre Julián Torrijos, los capellanes son esenciales en los
hospitales para romper la espiral de silencio que se crea en las habitaciones.
Explica que en muchas ocasiones “el enfermo no habla para que la familia no
sufra y viceversa… Les digo que es un error porque hay que dejar todo
dicho y reconciliarse con el hijo, con el hermano. También con uno mismo,
aunque esa es la parte más difícil.
Otro aspecto
importante que realizan los capellanes más allá de su labor sacramental es
acompañar a las cada vez más numerosas personas que ingresan solas. “Muchos
son no creyentes y me lo dicen, pero necesitan a alguien para conversar o
para que simplemente les traiga una botella de agua de la máquina”. Ante tantos
que se preguntan “por qué a mí” hay veces que no hay respuestas y ahí está
también él para “coger del brazo, para estar al lado de quien sufre, decirle
aquí estoy, consolarle, comprenderle”.
El día a día de
un capellán
El día en el que
se realizó reportaje, en la capilla atendió a una mujer que sollozaba y
que tenía a su hija de 20 años ingresada por un intento de suicidio.
También visitó a unos padres en el materno-infantil que le pidieron que
bautizara a su hijo recién nacido y gravemente enfermo, y a dos hombres que
intentaron quitarse la vida por una soledad insoportable. Este es su día a día.
Sobre el intento
de querer eliminar a los capellanes de los hospitales, el padre Julián recuerda
que los enfermos y toda persona creyente tienen necesidad de ser atendido en su
fe, “sea cual sea” y que las necesidades “espirituales” de los pacientes muchas
veces no tienen por qué ser únicamente religiosas. “Pueden ser de
reconciliación, de dejar su vida arreglada, de habar, de sentirse querido, escuchado”. Y
los enfermos –subraya- “tienen el derecho a eso y alguien el deber de
ofrecérselo”.
La dimensión
espiritual que reconoce la OMS
De este modo, el
sacerdote Jesús Martínez Carracedo, que ostentó el cargo de
director del Departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal
Española y con gran experiencia como capellán, explicaba en una entrevista
con Redacción Médica cómo
contribuye el sacerdote en el hospital al bienestar del paciente.
“El paciente
tiene varias dimensiones reconocidas por la OMS: la dimensión física, a la que
se dedican básicamente los médicos y enfermeras; la dimensión psicológica, que
el hospital también garantiza con atención psicológica; la dimensión social, de
la que se ocupan los trabajadores sociales y tiene una dimensión espiritual o
religiosa, que se garantiza también a través de la atención espiritual.
En nuestro país
hay un acuerdo con la Iglesia Católica para atender a los católicos en el
hospital, básicamente porque en principio son bastantes más, pero algo que
algunos no saben es que hay acuerdos con las demás religiones mayoritarias.
Nosotros estaríamos dentro de la humanización del hospital y de la atención
integral al paciente. Nos centramos en la dimensión espiritual, aunque después
podamos hacer trámites a nivel social, a través de Cáritas”, afirmaba.
También los
trabajadores necesitan a los capellanes
También en Redacción Médica,
el padre Rafael Torregrosa, capellán del Hospital Virgen de la
Salud de Toledo, habla del papel de los profesionales sanitarios, que mantienen
una “amplia colaboración con el capellán”.
“Nosotros
tenemos puestos carteles en todas las plantas y el mismo paciente, o su
familia, le comenta a la auxiliar o a la enfermera y entonces nos llama, porque
claro, a 640 camas en el día no llegamos. Sí llegamos a lo más urgente. Las
enfermeras y auxiliares sí suelen responder rápidamente”.
“Es raro el
caso que el profesional sanitario se niegue o que no sugiera ir a ver al
capellán para charlar o dialogar. Hay veces que, algunos fines de
semana, cuando no hay psiquiatra de guardia, los pacientes acuden a nosotros”,
señalaba Rafael Torregrosa.
De este modo,
explicaba muchos profesionales sanitarios acuden a la misa diaria y pasan
muchas veces por la capilla. “También hay algunos que en los momentos de
descanso piden hablar, confesarse o charlar un rato”. Además, han puesto en
marcha un grupo en el que los capellanes se reúnen con personal sanitario
para hablar de temas de bioética.
¿Qué dice la
Constitución española?
Compromís parece
ignorar lo que declara la Constitución española: "Los poderes
públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española
y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia
Católica y las demás confesiones" (artículo 16.3).
J. Lozano
Fuente: ReL