Ofrendas
para el Niño Dios
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer,
primer día del año, durante el desayuno, a cada una nos dejan una bolsita de
dulces, peladillas y mazapanes... pero no es para que nos la comamos nosotras,
sino que, justo después, nos vamos todas a hacer una procesión con el Niño.
Rodeamos
el claustro cantando villancicos y, al volver a la capilla, nos vamos postrando
de una en una delante de Él, y le entregamos en una bandeja nuestra bolsita. Es
una tradición muy bonita y significativa, para comenzar el año dejando todo lo
nuestro a Sus pies.
Fue
curioso, porque para la procesión cogí un tambor irlandés. El instrumento lo
sujetaba con una mano y, con la otra, la baqueta con la que lo tocaba. Y,
claro, la bolsa con los dulces me estorbaba todo el rato, así que decidí
llevarla en la misma mano que el tambor.
Cuando
hice mi venia a Sus pies y dejé mi bolsita, al volver a mi sitio y coger de
nuevo el tambor... me di cuenta de lo aliviada que estaba, y el Señor me regaló
ver que esto es lo que Él quiere para todos al comenzar el año. Que podamos
dejar nuestras bolsitas, o quizá nuestro “saco” a Su cuidado... entonces sí que
experimentaremos qué alivio nos da y qué descanso es confiar en Él.
Hoy
el reto del amor es entregar al Señor tu bolsita. Eso que para ti es un peso,
para Él, tu vida, toda ella, es como esa bolsita de dulces. Él quiere que
sintamos el alivio de su llegada a nuestra vida, Él quiere que nuestra vida
cante la alegría y, para ello, necesitamos espacio para coger nuestro
instrumento. Ese instrumento es el Amor. Disfruta de la Libertad que te otorga
Cristo, una Libertad para que puedas amar.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma