COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

La Epifanía del Señor

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, hoy celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor, la Manifestación de Jesús a los pueblos paganos.

Tan grande es entre nosotros la tradición de los Reyes Magos, que nos resulta difícil comprender esta Fiesta. Y, sin embargo, lo que celebramos hoy es el mejor complemento a la fiesta de la Navidad. 

Jesús ha venido al mundo para ser el Salvador de todos los pueblos. En los Magos de oriente toda la humanidad está representada. También nosotros.

Celebremos con gozo el que el Señor nos ha querido llamar para formar parte de su Pueblo.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

A veces tenemos la sensación de que las tinieblas envuelven nuestro mundo y que la oscuridad amenaza el futuro de los pueblos.

¿Donde está la Estrella que condujo a los Magos de oriente a los pies de Jesús? ¿Dónde encontrar esa luz que nos llene de esperanza? ¿Qué actitud debemos tener para abrirnos a la salvación que Jesús nos da?

Escuchemos la Palabra de Dios, ella misma es el pábilo vacilante que Dios nos ofrece para salir de las tinieblas y caminar hacia la Luz que es su Hijo, Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada suplica respondemos: ¡Ilumìnanos, Señor, con la fe!

- Por los que formamos parte de la Iglesia, para que proyectemos la luz del Evangelio en los ambientes donde reinan las tinieblas. OREMOS.

- Por los poderosos de nuestro mundo, para que reconozcan que hay un Señor y Dios por encima de ellos y se pongan a su servicio. OREMOS.

- Por los que se dedican a la investigación y al estudio, para que el esfuerzo y las dificultades en el camino de la verdad no los desanime. OREMOS.

- Por los catequistas que en los países de misión anuncian con obras y palabras el Evangelio, para que se sientan fortalecidos por la gracia de Dios y respaldados por la Iglesia. OREMOS.

- Por todos nosotros, para que seamos capaces de transmitir con nuestro testimonio de vida la razón de nuestra esperanza. OREMOS.

ORACIÓN FINAL

Gracias, Señor,
porque te has manifestado a nuestra fe.
Porque nuestra vida, sin la luz de tu Evangelio,
estaría envuelta en la oscuridad y en el sin sentido.

¡Cuántas veces perdemos el horizonte!
¡Cuántas nos vemos atrapados
en la angustia y en la desesperanza!
¡Cuántas, tras la palabra depresión
se esconde nuestras ganas de morir!...

Señor, haz brillar tu estrella sobre nosotros.
Esa estrella que adivinaron los Magos de oriente
y la siguieron humildemente hasta rendirse a tus pies.

Señor, ayúdanos a que también nosotros la sigamos,
que la luz de la fe nos lleve
a entregarnos a Ti en adoración
y en servicio a los hermanos que Tú nos das.

¡Gracia, Señor!