La Epifanía del Señor
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, hoy celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor, la Manifestación
de Jesús a los pueblos paganos.
Tan
grande es entre nosotros la tradición de los Reyes Magos, que nos resulta
difícil comprender esta Fiesta. Y, sin embargo, lo que celebramos hoy es el
mejor complemento a la fiesta de la Navidad.
Jesús ha
venido al mundo para ser el Salvador de todos los pueblos. En los Magos de
oriente toda la humanidad está representada. También nosotros.
Celebremos
con gozo el que el Señor nos ha querido llamar para formar parte de su Pueblo.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
A veces
tenemos la sensación de que las tinieblas envuelven nuestro mundo y que la
oscuridad amenaza el futuro de los pueblos.
¿Donde
está la Estrella que condujo a los Magos de oriente a los pies de Jesús? ¿Dónde
encontrar esa luz que nos llene de esperanza? ¿Qué actitud debemos tener para
abrirnos a la salvación que Jesús nos da?
Escuchemos
la Palabra de Dios, ella misma es el pábilo vacilante que Dios nos ofrece para
salir de las tinieblas y caminar hacia la Luz que es su Hijo, Jesús.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada
suplica respondemos: ¡Ilumìnanos, Señor, con la fe!
- Por los
que formamos parte de la Iglesia, para que proyectemos la luz del Evangelio en
los ambientes donde reinan las tinieblas. OREMOS.
- Por los
poderosos de nuestro mundo, para que reconozcan que hay un Señor y Dios por
encima de ellos y se pongan a su servicio. OREMOS.
- Por los
que se dedican a la investigación y al estudio, para que el esfuerzo y las
dificultades en el camino de la verdad no los desanime. OREMOS.
- Por los
catequistas que en los países de misión anuncian con obras y palabras el
Evangelio, para que se sientan fortalecidos por la gracia de Dios y respaldados
por la Iglesia. OREMOS.
- Por
todos nosotros, para que seamos capaces de transmitir con nuestro testimonio de
vida la razón de nuestra esperanza. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias, Señor,
porque te
has manifestado a nuestra fe.
Porque
nuestra vida, sin la luz de tu Evangelio,
estaría
envuelta en la oscuridad y en el sin sentido.
¡Cuántas
veces perdemos el horizonte!
¡Cuántas
nos vemos atrapados
en la
angustia y en la desesperanza!
¡Cuántas,
tras la palabra depresión
se
esconde nuestras ganas de morir!...
Señor,
haz brillar tu estrella sobre nosotros.
Esa estrella
que adivinaron los Magos de oriente
y la
siguieron humildemente hasta rendirse a tus pies.
Señor,
ayúdanos a que también nosotros la sigamos,
que la luz
de la fe nos lleve
a
entregarnos a Ti en adoración
y en
servicio a los hermanos que Tú nos das.
¡Gracia,
Señor!