¡Feliz Navidad!
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer,
domingo, me puse con las felicitaciones de Navidad, y... ¡qué gozada pasar un
rato con cada persona que escribía! Rezaba por ella y le pedía al Señor que la
bendijese.
Pero
lo que más me sorprendía es que hay un mensaje que nunca falta, y es: “¡Feliz
Navidad!”. Me preguntaba qué es lo que realmente estoy deseando con esta frase
tan típica.
Lo
que te deseo es que disfrutes de este misterio de amor y debilidad.
Porque
nos han vendido que la Navidad tiene que ser perfecta, comidas ideales,
reuniones de familia o amigos donde todo es guay.
Pero,
¿qué pasa si ese listón de felicidad no se da? Si en esta Navidad siento
soledad y tristeza, ¿ya no puedo celebrar la Navidad? ¿Y si siento en mí una
gran debilidad, y no puedo afrontar esa comida familiar? ¿Y si me siento sin
esperanza?
Pues
te digo que, si te sientes así, para ti es el “feliz Navidad”, porque Cristo se
encarna para morir por todo eso que sientes que no puedes. No tienes que poder,
ni ser fuerte; es Cristo quien va a ser fuerte en ti. La Navidad no tiene que
ser “perfecta”, tiene que estar “ungida”, que es lo mismo que vivirla desde el
amor.
Porque
todo pasará: las comidas, las reuniones... solo quedará el amor que pongas. La
Felicidad está en el Amor. Pero, para ello, antes lo tenemos que recibir; así
pues, no inviertas el orden: primero llénate del amor de este Dios que se hace
Niño y después dáselo a los que te rodean.
Esto
es lo que intentaba transmitir en las felicitaciones con el “Feliz Navidad”:
que vivas en el Amor y entregues este amor.
Hoy
el reto del amor es mandar una felicitación a esa persona que tienes en el
corazón. Pero, antes de escribir, reza por ella, y después, ponle lo que te
salga del corazón. El bien siempre vence.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
