DESAFÍA TU MENTE Y TU CUERPO PARA DISFRUTAR ESTE ADVIENTO

Tres maneras de hacer que este Adviento sea más espiritual y saludable para mi familia

Diciembre rebosa de fiestas estilosas, cócteles, comida deliciosa, compras divertidas y caprichos caros. ¡Sí, para mí también! Me encanta tomarme un buen latte mientras me gasto todos los ahorros de mi cuenta en cosas que mis hijos no necesitan. Por favor, ¡no me digáis que soy la única! ¿Alguien más?

Eso no quiere decir que no me guste ayudar a los demás en esta época del año, porque me encanta. Pero podría hacer más. Podría comprar menos cosas y centrarme en ser generosa con mi tiempo y no solamente con mi cartera.

Me podría centrar más en seguir preparando comidas sanas para mi familia en vez de rendirme a las prisas que vienen siempre con esta temporada, que a menudo implica comida para llevar y atajos de cocina fácil. Así que el reto que planteo para todos nosotros en este Adviento es realizar el compromiso diario de centrarse en el propósito y el motivo de todo este ajetreo navideño.

El año pasado, mi reto personal fue la alegría. Me decidí a ver alegría en todo lo que sucediera en Adviento, pasara lo que pasara. Eso fue antes de que mi recién nacida —además de mis otras tres hijas— se pusieran muy enfermas. Aquello era una locura. 

Sé que muchos de vosotros habéis estado en las trincheras de la paternidad de una forma u otra, así que sabéis de lo que hablo. De hecho, recuerdo haber pasado toda la noche sentada en el retrete con todo el baño envuelto en vapor y con mi maravillosa pequeña de siete semanas en brazos, confiando en que su tos disminuyera y pudiéramos volver al plan inicial de la alegría.

No tardé en darme cuenta de que mi llamada a la alegría por entonces tenía que ser a través del sufrimiento y el agotamiento. Recuerdo lo preciosa que me pareció aquella mañana de Navidad, solo por tener a toda la familia sana. Era lo único que necesitaba para sentir auténtica dicha.

Así que aquí presento unas cuantas formas con las que tengo la intención de hacer de este Adviento una época más espiritual y sana para mi familia, y espero que inspire también a los lectores:

Pasar tiempo juntos

Una forma que vamos a usar para pasar más tiempo juntos en este Adviento es comenzar nuestro día centrándonos en “la razón de esta estación”. Hemos comprado un juego de mesa, ‘La Estrella Lejana de Navidad’. Todas las noches escondemos la estrella y cada mañana los niños llevan a los Reyes Magos hasta la estrella que siguen para llegar hasta el pesebre en Navidad. Hay un versículo de la Biblia que coincide con cada día.

Gastar menos dinero

Queremos hacer juntos más cosas que sean gratuitas: eventos en la iglesia, visitar iluminaciones de árboles y otras ceremonias divertidas que no impliquen gastar toneladas de dinero. Mis hijos piensan también que cada vez que les llevamos a algún lugar especial, ellos reciben caprichos y mamá se toma un café.

Pues eso también lo vamos a cortar. También queremos centrarnos en regalos que contribuyan a mejorar el año siguiente. Por ejemplo, nuestros hijos han mostrado interés en clases de música, así que van a recibir instrumentos reales este año. Me gusta una idea que he visto por Facebook, la regla de cuatro para regalar: algo que quieran, algo que necesiten, algo que ponerse y algo para leer. Sinceramente, es más difícil para mí que para ellos centrarme en esta norma, ¡ellos se alegran con cualquier cosa!

Menos atracones

No pensarías que te ibas a librar con los caprichos culinarios, ¿verdad? Es extremadamente importante en muchas tradiciones religiosas sacrificar las cosas que nos gustan. Como el vino. Sí, eso he dicho.

Este Adviento, ten en mente darte menos gustazos, en vez de más, y carga el acto con el significado de una ofrenda por aquello que representa el Adviento: paz, alegría, amor, simplicidad, familia. Elige con criterio las comidas, buenas y saludables, en vez de sucumbir a los atracones típicos de las fiestas. Menos galletitas, caramelos, pasteles y alcohol; más ensaladas, comidas caseras, alimentos naturales e integrales, y agua.

Con el espíritu de Adviento, pon un poco de presión sobre ti para prepararte para el auténtico significado de esta estación: el nacimiento de Cristo. Y dedica un poco de tiempo a la oración y la reflexión. No tienes ni idea de lo mucho que puede ayudar la oración con esas comidas fruto del estrés o del aburrimiento.

Esta época en la que esperamos a nuestro Salvador es el mejor momento para centrarnos en comer mejor y en purificar nuestro templo personal. A continuación os muestro una breve oración que he compuesto y que podríais usar para ayudaros a vivir el espíritu del Adviento y llegar a la Navidad con un corazón (¡y un cuerpo!) mejor preparado:

Señor, por favor, ayúdame a encontrar confort y deleite en mi vida diaria y en mis seres queridos. Ayúdame a permanecer en el momento presente y ser consciente de mis debilidades. Ayúdame a entender que la comida debería usarse para nutrirse y otórgame la disciplina para honrar mi cuerpo y mi mente en este Adviento. Amén.

Fuente: ALETEIA FOR HER /CARA BUSSON-CLARK