A
pesar del fuerte contraste entre unos y otros, «el diálogo es posible» como
demostró el Papa Francisco en su reciente viaje a los Emiratos Árabes Unidos
Foto: CARF |
El
italiano Gerardo Ferraras, experto en islam y trabajador de la Universidad
Pontificia de la Santa Cruz, explica cómo en Italia «algunos ciudadanos quieren
dejar de celebrar la Navidad en las escuelas. Parte de la comunidad musulmana
ha protestado contra esta medida. Ellos prefieren mucho antes una sociedad
cristiana que una sociedad atea. Y esto es fruto del diálogo»
Gerardo
Ferraras habla nueve lenguas –incluido el árabe y el hebreo–, ha vivido en
países como Siria, Túnez, Israel y Líbano, es experto en Oriente Próximo y el
islam y trabaja oficialmente en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
Recientemente, ha estado en Madrid en un desayuno informativo organizado por el
Centro Académico Romano Fundación (CARF) donde ha abordado algunas cuestiones
relativas al islam y al catolicismo.
Ferraras
recuerda que con el islam se tiene un diálogo interreligioso y no ecuménico.
«En el diálogo ecuménico el objetivo es la unidad y este se da con los
cristianos y con los judíos. Con las otras religiones, entre las que se
encuentra el islam, el objetivo no es ser uno, sino conocernos mejor y cooperar
en algunos aspectos», explica.
Sin
embargo, a pesar del fuerte contraste entre unos y otros, «el diálogo es
posible» como demostró el Papa Francisco en su reciente viaje a los Emiratos
Árabes Unidos. Como condición previa, «hace falta conocer de forma profunda la
fe católica y también el islam para disponer de una información correcta y que
no esté manipulada».
A
partir de entonces, los católicos podemos enseñar a los musulmanes «que cada
persona, cada hombre y mujer, tiene la misma dignidad y que hay que respetar a
las personas por lo que son». Otra enseñanza es que «la contribución de la
mujer puede ser tan preciosa como la de un hombre, que la mujer no puede ser
considerada como un objeto y podríamos enseñarles a tener más respeto por la vida
humana».
Por
nuestra parte, «los católicos podríamos aprender de los musulmanes a ser más
firmes en defender nuestros valores, en defender nuestra fe». También «que Dios
no es un hecho privado. Para un musulmán eso es inconcebible. Para ellos, la fe
es un hecho público, económico, político...» Sin embargo, «en nuestra cultura
occidental, Dios es un hecho completamente privado. No se puede hablar de Dios,
está totalmente fuera del discurso social».
Como
ejemplo, el experto italiano habla de su país, donde algunos ciudadanos
«quieren dejar de celebrar la Navidad en las escuelas. Parte de la comunidad
musulmana ha protestado contra esta medida. Ellos prefieren mucho antes una
sociedad cristiana que una sociedad atea. Y esto es un fruto del diálogo».
Fuente:
Alfa y Omega