El Papa Francisco posee un pequeño icono ucraniano de
la Señora de la Ternura, de gran tradición entre los ucranianos. Lo
"conservo con especial veneración. Le rezo todos los días”
Icono
de la Virgen de la Ternura similar al venerado por el Papa.
Foto:
ACI Prensa
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Así
lo afirmó ante seminaristas y sacerdotes del Pontificio Colegio Ucraniano de
Roma, a los cuales recibió en audiencia en noviembre de 2017 con motivo de los
85 años de su construcción impulsada por el Papa Pio XI.
El
Papa Francisco explicó que el icono fue un regalo del Arzobispo Mayor de la
Iglesia greco-católica ucraniana “cuando estábamos en Buenos Aires. Cuando vine
aquí, a Roma, pedí que me lo trajeran”.
Durante
ese encuentro con los sacerdotes y seminaristas, el Papa Francisco les invitó a
abrirse al Evangelio, a poner la mirada en horizonte amplios para convertirse
en “verdaderos pastores de su comunidad”, y contribuir así a la paz y a la
justicia en Ucrania, afectada por la guerra desde hace años, donde deberán regresar
tras finalizar sus estudios.
Por
otro lado, el Papa se refirió al origen del Colegio Ucraniano de Roma, que se
construyó para “proporcionar a los fieles provenientes de zonas de sufrimiento
o persecución un lugar en Roma donde sentirse como hijos amados y vivir en una
casa en la que puedan crecer preparándose para la misión apostólica como
diáconos y sacerdotes”.
El
Papa Francisco recordó cómo “en los últimos años de su pontificado, Pío XI
debió afrontar muchos desafíos, a pesar de lo cual siempre llevó su voz con
fortaleza en la defensa de la fe, de la libertad de la Iglesia y de la dignidad
trascendente de toda persona humana”.
“Condenó
con claridad, mediante discursos y cartas, las ideologías ateas e inhumanas que
ensangrentaron el siglo XX. Del mismo modo, indicó a la Iglesia el camino
maestro del Evangelio, poniéndolo en práctica en la búsqueda de la justicia
social, dimensión imprescindible para el rescate plenamente humano de los
pueblos y de las naciones”, destacó el Papa.
Además
les invitó a “estudiar la Doctrina social de la Iglesia y mantener el
discernimiento y el juicio sobre la realidad social en la cual estarán llamados
a trabajar”.
“También
en nuestros días el mundo está herido por las guerras y la violencia. En
particular, en vuestra querida nación ucraniana, de la cual proceden y a la
cual regresarán tras finalizar vuestros estudios en Roma, se experimenta el
drama de la guerra que generan grandes sufrimientos, sufrimientos que, sobre
todo en las zonas afectadas por el conflicto, se agravarán con la llegada del
invierno”, subrayó.
En
Ucrania, señaló el Papa Francisco, “es fuerte la aspiración de justicia y paz
que ponga fin a toda forma de prevaricación, corrupción social o política de
las cuales los pobres son siempre los principales perjudicados”.
A
los sacerdotes y seminaristas presentes durante ese encuentro les recordó que
“amando y anunciando la Palabra se convertirán en verdaderos pastores de la
comunidad que se os ha confiado, y esa será la lámpara que ilumine vuestro
corazón y vuestra casa”.
“Desde
la colina del Gianicolo, donde se encuentra el Colegio, podéis disfrutar de un
bellísimo panorama de Roma, y tal vez, hace unos días, pudisteis contemplar el
arco iris tras el temporal, cuando el sol atravesaba las nubes más espesas. De ese
modo os invito a actuar, de modo que vuestro corazón se abra siempre hacia
horizontes más amplios hasta abarcar el mundo entero, por donde muchos hijos e
hijas de Ucrania se han esparcido en el transcurso de los siglos”, aseguró.
“Amen
y custodien sus tradiciones, pero siempre evitando toda forma de sectarismo
–exhortó–. Custodien siempre, en vuestro país y fuera, el sueño de la Alianza
entre Dios y la humanidad, los puentes que, como el arco de luces sobre las
nubes, reconcilien el cielo con la tierra y reclamen a los hombres que no paren
nunca de aprender a amarse y a respetarse, abandonando las armas, las guerras y
toda forma de abusos”, concluyó.
Fuente: ACI