El
Adviento solo comienza dentro de unos días. Disfruta de esta época tan especial
con nuestros hijos
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Durante
siglos, la humanidad – y especialmente el pueblo judío – ha esperado al
Salvador. Esta espera fue necesaria para que Dios pudiera preparar los
corazones de los hombres para recibir a su Hijo.
Del mismo modo, durante
cuatro semanas cada año, esperamos Navidad.
Aquí un resumen de las cosas
que podemos hacer en familia para hacer que esta espera sea festiva.
1. La corona de Adviento
Pensemos en la corona
tradicional de Adviento: una corona de acebo, de pino, de paja (o también de
cartón, tela, flores secas, etc.) en la que se plantan cuatro velas que se
encienden a razón de cuatro semanas de Adviento.
Tengan cuidado, nunca dejen
las velas encendidas por mucho tiempo, sobre todo de noche. Un incendio puede
desatarse rápidamente.
2.
El calendario de Adviento
El calendario de Adviento
(comprado o hecho por uno mismo) hace que la espera sea más alegre. Como un
minutero, cuenta diariamente los días restantes hasta el 25 de diciembre.
3.
El tradicional pesebre
El pesebre puede construirse
al comienzo del Adviento o instalarlo poco a poco a lo largo de su duración.
Recordemos que el Niño Jesús se instala en el pesebre en la noche de Navidad.
4. Las estrellas del cielo
de Navidad
Se
puede confeccionar un letrero en el rincón de oración o sobre el pesebre donde
se reproducirá el cielo de la noche de Navidad.
Las estrellas así
representadas podrán corresponder al esfuerzo dado por los unos y los otros
durante el día (sin caprichos, como un servicio prestado, etc.). Los niños
pueden preparar estas estrellas cortadas de papel dorado o de color.
5. Las lecturas y
canciones de Adviento
No
olvidemos leer cada noche un pasaje del Antiguo Testamento con nuestros niños.
Así comprenderán cómo se esperaba y preparaba la venida de Jesús. Hay muchas
historias sagradas o Biblias para niños que nos pueden ayudar.
Los mayores podrán volver a
leer el pasaje que se ha contado o leído en familia. Se puede proponer a los
niños que ilustren estos pasajes del Antiguo Testamento. Estos dibujos podrán
ser expuestos en todas las partes de la casa: en el rincón de oración, en el
pasillo, en el hueco de la escalera …
A los niños les encanta
cantar. ¿Por qué no sugerirles aprender hermosos villancicos? Podemos incluso
organizar un pequeño concierto el 25 de diciembre para los abuelos, tíos, tías
y amigos, que han venido a celebrar la Navidad.
6. Adaptar el tiempo de
oración
También
es importante preparar particularmente bien la Misa para cada uno de los cuatro
domingos de Adviento y Navidad.
Para eso, se puede, en la
semana o los días que preceden, exhibir en el rincón de la oración (o en otro
lugar, en un lugar visible) una o dos oraciones del evangelio del día:
- “Prepárese, espere” (1er domingo);
- “Prepare el camino del Señor, enderece sus senderos” (2º domingo);
- “En medio de ustedes está aquel que ustedes no conocen” (3er domingo);
- “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo; le pondrás el nombre de Jesús” (cuarto domingo);
- “Hoy nos ha nacido un Salvador” (Navidad).
7. Tomar buenas
resoluciones y cumplirlas
Durante el Adviento,
enfoquemos los esfuerzos de nuestros hijos (y de toda la familia) en cosas
tales como la escucha, la paciencia, la hospitalidad,
la pobreza. No
se trata de grandes discursos, sino sugerencias concretas.
- En la mesa, escuchar a los demás sin interrumpirlos. Servir a los demás antes de servirse a si mismo.
- Hacer de tal manera que nunca nadie tenga que reclamar sal, pan o agua porque alguien ha satisfecho sus deseos.
- Renunciar a un pedazo de azúcar, un programa de televisión, cinco minutos de pereza en la cama por la mañana.
- Estar satisfecho con lo que uno tiene sin quejarse o reclamar: ropa de marca, juguetes nuevos que no imperiosamente necesita, dulces, etc.
- Esforzarse por identificar a los que están solos en el patio de recreo y organice juegos con ellos.
- Rechazar la burla y la humillación hacia los compañeros de clase y los comentarios que juzgan (la mayoría de las veces la apariencia).
- Levantarse de buen humor tan pronto como salte de la cama, incluso si hace frío, si no se ha dormido bien o si tienes un examen de matemáticas.
Estas
resoluciones pueden ser personales, pero también familiares: toda la familia,
incluidos los padres, deciden el mismo esfuerzo. El deseo de dar el ejemplo y
el temor a la corrección fraterna son buenos estimulantes.
No olvidar: El Adviento no
se limita a estas cuatro semanas. Toda nuestra vida es un Adviento, una espera
de la venida del Señor. Vivamos plenamente este Adviento para estar más
“maduros para Cristo”.
Christine
Ponsard
Fuente:
Aleteia