Con motivo del Adviento, el Cardenal Carlos
Osoro, Arzobispo de Madrid, propuso una serie de “bienaventuranzas” o “rasgos
fundamentales” que vivió la Virgen María y que explican la grandeza de su
entrega al Señor
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Imagen referencial Crédito: Pixabay |
En una carta por Adviento titulada “La
Madre y nuestro encuentro con Ella”, publicada en diciembre de 2018 pero que
mantiene su actualidad para este 2019, el Cardenal propuso “ocho rasgos
fundamentales que, contemplando a la Virgen María, descubro como unas bienaventuranzas que el Señor nos
quiere entregar”.
En ese sentido explicó la bienaventuranza
“de la grandeza que le viene a María de la fe en Dios, aun en momentos de oscuridad”.
Porque según precisó “Ella prefiere fiarse de Dios, de un Dios que nos ama
incondicionalmente, de un Dios que ha querido establecer su presencia en medio
de los hombres y que desea mantenerla a través de la Iglesia”.
Otra está relacionada con “la grandeza le
viene también de su amor: nunca
dejó de amar, nunca estuvo contra nadie. Incluso cuando vio con
sus propios ojos cómo moría su Hijo Jesucristo en la Cruz, Ella continuó
amando. Le pidió que fuese Madre de todos los hombres y Ella lo aceptó y
visibilizó en el apóstol Juan”.
Además mencionó la bienaventuranza de
“la grandeza que le
viene de su sencillez” porque “hizo natural lo sobrenatural,
fácil lo difícil, simple lo complicado, ordinario lo extraordinario” y de “la
grandeza que le viene de su humildad: su elección para ser Madre de Dios no fue
motivo para envanecerse, olvidó y nunca tuvo en cuenta lo que la hicieron, como
cerrarle las puertas cuando iba a dar a luz”.
También destacó como bienaventuranza
“la grandeza que le
viene de su obediencia, pues no pretendió determinar la forma
de seguir a Dios, sino que dejó que Dios dispusiera de Ella como Él quisiera” y
también la relacionada con “la grandeza
que le viene de su fidelidad, aun a costa de grandes
sufrimientos. Sufrió cuanto humanamente se puede sufrir sin quejarse”.
También el Cardenal se refirió a la “bienaventuranza de la grandeza que le viene
de su fortaleza: fue capaz de llevar una cruz encima, cantar el
magníficat y hablar con tranquilidad de otras cosas” y la que le viene “de
saber mantenerse junto a la Cruz de su Hijo como se lo pedía su corazón de
Madre, de pie”.
El Cardenal Osoro también anima dejarse “preguntar por Dios teniendo delante a la
Virgen María”, y alienta a recitar el Magníficat antes de
hacerte las preguntas trascendentales de la vida.
Asimismo, insta a “vivir como hijo de Dios
y hermano de todos los hombres” para experimentar “la gran bendición de Dios que es vivir con,
por y desde el amor de Dios” y a dejarse decir por Dios
“Alégrate, el Señor está contigo” y acercarse a la vida a nuestra Madre,
ponerse a su lado y escuchar junto a Ella “esas palabras que llenan y colman de
alegría la vida de un ser humano, cayendo en la cuenta de que Dios cuenta
contigo; te ama, desea que tú le hagas presente en este mundo”.
El Arzobispo de Madrid también animó a no
temer porque “como a su Madre, te va a ayudar con su gracia y con su amor, te
dará su fuerza para hacer lo que desde tus razonamientos te parece imposible.
Solamente hace falta que te sitúes ante Dios como María, dile así: ‘Aquí me
tienes Señor, me fío de Ti y me fío de tu Palabra’”.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.
Fuente: ACI Prensa