La
Decimotercera Congregación General vio la presentación en el Aula de los
Informes de los Círculos Menores
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Aula del Sínodo |
Presente
con el Papa 177 Padres sinodales. Las contribuciones, entregadas a la
Secretaría General, no constituyen un documento oficial del Sínodo, ni un texto
de magisterio, sino un resumen de una discusión franca y libre entre los
participantes en la asamblea.
El
Sínodo es un don precioso del Espíritu para la Amazonia y para toda la Iglesia,
tanto desde el punto de vista teológico y pastoral como para la ineludible
tarea de cuidar la casa común. Es un Kairos, un tiempo de gracia, una
oportunidad favorable para que la Iglesia se reconcilie con la Amazonía. Este
es el hilo rojo que une los doce informes de los círculos menores presentados
en el Aula el jueves por la tarde.
Un Sínodo universal
Todos
los textos leídos públicamente expresan la esperanza de que en la Amazonía se
desarrolle un nuevo camino sinodal y que desde la asamblea de obispos en el
Vaticano se vuelva a partir con ardiente pasión misionera, típica de una
verdadera Iglesia en salida. La esperanza es que el "buen vivir"
amazónico se encuentre con la experiencia de las Bienaventuranzas: de hecho, a
la luz de la Palabra de Dios, llega a su plena realización. Hay muchas y
variadas propuestas concretas de los distintos círculos, los cuales quieren
precisar que el actual no es sólo un Sínodo regional, sino universal, puesto
que lo que sucede en la Amazonía afecta a todo el mundo.
La Iglesia del lado de los
pobres y contra toda forma de violencia
Un
imperativo para la Iglesia es escuchar el grito del pueblo y de la tierra; no
callar, ponerse del lado de los pobres para no equivocarse y decir "basta
de violencia". Esta última en la Amazonía tiene varias caras: violencia en
cárceles superpobladas; abuso y explotación sexual; violación de los derechos
de los pueblos indígenas; asesinato de defensores de los territorios; el
tráfico de drogas y el narco-business; exterminio de la población juvenil;
trata de seres humanos; feminicidio y cultura machista; genocidio,
biopiratería, etnocidio: todos males que hay que combatir porque matan la
cultura y el espíritu. Es neta la condena de la violación extractivista
sistemática y la deforestación. De hecho, alguno ha destacado el vínculo entre
el abuso de los más débiles y el abuso de la naturaleza. Entre las diversas
emergencias destacadas, se ha dado un amplio espacio al tema de la crisis
climática.
Propuesta de Observatorio
Eclesial Internacional de Derechos Humanos
Son
los nativos los que pagan el precio más alto con su vida, porque no son
asistidos, no están protegidos en sus territorios. Por eso, más de un Círculo
Menor ha pedido la creación de un Observatorio Internacional de Derechos
Humanos, en la convicción de que la defensa de los pueblos y de la naturaleza
debe ser una prerrogativa de la acción eclesial y pastoral. También se sugiere
que las parroquias creen espacios seguros para los niños, los adolescentes y
las personas vulnerables. Se reafirma el derecho a la vida de todos,
desde la concepción hasta la muerte natural.
Que la Iglesia no sea una
ONG. Más diálogo ecuménico
La
Iglesia -añade uno de los informes- tiene la tarea de acompañar la labor de los
defensores de los derechos humanos, a menudo criminalizados por las autoridades
públicas. Al mismo tiempo, sin embargo, debe evitar parecerse a una ONG. Este
riesgo, junto con el riesgo de presentarse en una calidad puramente ritualista,
provoca a menudo la huida de muchos fieles que buscan respuestas a su sed de
espiritualidad en las sectas religiosas u otras confesiones. De los Círculos
Menores surge la petición de proseguir con mayor energía el diálogo ecuménico e
interreligioso con la propuesta de dos centros de comparación, uno en la
Amazonía y otro en Roma, entre los teólogos de la RELEP (Red de Estudios
Pentecostales Latinoamericanos) y los teólogos católicos.
Ministerios, laicos y
rechazo del clericalismo
Se
ha invocado un ministerio de presencia que evite el clericalismo. En este
sentido, se anima un mayor protagonismo de los laicos. Casi todos los Círculos
Menores han pedido una comprensión más profunda del significado de “Iglesia
ministerial", es decir, una Iglesia donde coexisten la corresponsabilidad
y el compromiso de los laicos. El Círculo "Español A" pide, por
ejemplo, que los hombres y las mujeres reciban ministerios de manera
equitativa, evitando, sin embargo, el riesgo de clericalizar a los laicos. A
nivel general, se propone una cuidadosa reflexión sobre los ministerios de
lectorado y acolitado también a las mujeres, religiosas o laicas, adecuadamente
formadas y preparadas.
Mujer y diaconado
El
tema de la mujer está presente en más de una relación con la petición de
reconocer, incluso en roles de mayor responsabilidad y liderazgo, el gran valor
que ofrece la presencia de la mujer en su servicio específico a la Iglesia en
la Amazonía. Por ejemplo, en el lugar de trabajo, se nos pide que
garanticemos el respeto de los derechos de las mujeres y la superación de
cualquier tipo de estereotipo. La mayoría de los Círculos Menores han pedido
que se preste atención al tema del diaconado para las mujeres desde la
perspectiva del Vaticano II, teniendo en cuenta que muchas de las funciones de
este ministerio ya son realizadas por mujeres en la región. En más de una intervención
se ha sugerido, sin embargo, que se dedique al tema otra asamblea de obispos,
donde quizás se dé poder de votación a las mujeres.
Sacerdocio y viri probati
Sugerido
un Sínodo Universal ad hoc también sobre el tema de los viri probati.
Sobre este tema, las perspectivas difieren de un grupo de trabajo a otro. Se
subraya que el valor del celibato, un don que se ofrece a las comunidades
indígenas, no está en discusión. El Círculo Italiano A advierte contra el
riesgo de que este valor se debilite o de que la introducción de los viri
probati pueda hacer perder el impulso misionero de la Iglesia universal al
servicio de las comunidades más alejadas. La mayoría de los informes,
principalmente los de España y Portugal, apuntando a una Iglesia "de presencia"
más que "de visita", expresan su apoyo acerca de la presencia de
conferir el presbiterado a hombres casados, de buena reputación,
preferiblemente indígenas elegidos por las comunidades de origen, pero bajo
condiciones específicas. Se señala que estos sacerdotes no deben ser
considerados de segunda o tercera categoría, sino verdaderas vocaciones
sacerdotales. Si no se olvida el drama de las muchas poblaciones a las que
actualmente llegan los sacramentos una o dos veces al año en el Amazonas,
también se ha pedido fortalecer en las comunidades locales la conciencia de que
no sólo la Eucaristía, sino también la Palabra, representa un alimento
espiritual para los fieles.
Crisis vocacional y
formación sacerdotal
Considerando
la amplitud del territorio panamazónico y la escasez de ministros, se ha
planteado la hipótesis de la creación de un fondo regional para la
sostenibilidad de la evangelización. Además, el Círculo Italiano A expresa
"perplejidad" por "la falta de reflexión sobre las causas que
llevaron a la propuesta de superar de alguna forma el celibato sacerdotal, tal
como expresado por el Concilio Vaticano II y el Magisterio sucesivo".
Al
mismo tiempo, se espera que haya una formación permanente en el ministerio para
configurar al sacerdote a Cristo, y se exhorta al envío en Amazonas de
misioneros que actualmente ejercen su ministerio sacerdotal en el norte del
mundo. Ante la crisis vocacional, los Círculos Menores constatan una
disminución sustancial de la presencia de religiosos en el Amazonas y esperan una
renovación de la vida religiosa que, por impulso de la Confederación
Latinoamericana de Religiosos (CLAR), sea promovida con renovado ardor,
especialmente en lo que se refiere a la vida contemplativa. Los ojos también se
centraron en la formación de los laicos: que sea integral y no sólo
doctrinal, también kerigmática, fundada en la doctrina social de la
Iglesia y que conduzca a la experiencia y al encuentro con el Resucitado. Al
mismo tiempo se propone fortalecer la formación de los sacerdotes: que sea no
sólo académica, sino que se desarrolle en los territorios amazónicos y prevea
experiencias concretas de Iglesia en salida, al lado de las personas que
sufren, en las cárceles o en los hospitales. También se pidió que se
establezcan seminarios indígenas donde se pueda estudiar y profundizar la
teología local.
Diálogo intercultural e
inculturación
Los
Círculos Menores piden también la consolidación de una teología y una pastoral
con rostro indígena. El diálogo intercultural y la inculturación no deben entenderse
como antitéticos. La tarea de la Iglesia no es decidir por el pueblo amazónico
o tomar una posición de conquista, sino acompañar, caminar juntos en una
perspectiva sinodal de diálogo y escucha. Por ejemplo, se ha avanzado en
la propuesta de introducir un "rito amazónico" que permita el
desarrollo espiritual, teológico, litúrgico y disciplinario de la singular
riqueza de la Iglesia Católica en la región. Como se explica en uno de los
informes, "los símbolos y gestos de las culturas locales puedan ser
valorados en la liturgia de la Iglesia en el Amazonas, preservando la unidad
sustancial del rito romano, ya que la Iglesia no quiere imponer una uniformidad
rígida en lo que no afecta a la fe".
También
se sugirió la promoción del conocimiento de la Biblia, favoreciendo su
traducción a las lenguas locales. En esta perspectiva se propuso la creación de
un Consejo Eclesial de la Iglesia Panamazónica, una estructura eclesiástica
vinculada al CELAM y conectada con la Repam y con las Conferencias Episcopales
de los países amazónicos. "La cosmovisión amazónica - se afirma en uno de
los informes - tiene mucho que enseñar al mundo occidental dominado por la
tecnología, a menudo al servicio de la "idolatría del dinero". Los
pueblos amazónicos consideran que su territorio es sagrado, por lo que debe
incentivar una reflexión sobre el valor espiritual del bioma, de la
biodiversidad y del derecho a la tierra. Por otra parte, el anuncio del
Evangelio y la originalidad de la victoria de Cristo sobre la muerte, en el
respeto de la cultura de los pueblos, deben considerarse un elemento esencial
para abrazar y comprender la cosmovisión amazónica.
Misión y martirio
El
misionero está llamado a despojarse de la mentalidad colonialista, a superar
los preconceptos étnicos, a respetar las costumbres, los ritos y las creencias.
Las manifestaciones con las que los pueblos expresan su fe -piden los Círculos
Menores- deben ser apreciadas, acompañadas y promovidas. También se sugirió la
creación de un Observatorio socio-pastoral panamazónico en coordinación con el
CELAM, las comisiones diocesanas de justicia y paz, la Clar y la Repam. Deben
ser reconocidas las luces y las sombras en la historia de la Iglesia en la
Amazonía. Hay que distinguir entre Iglesia "indigenista", que considera
a los pueblos indígenas como receptores pasivos de pastoral, y la Iglesia
"indígena", que los entiende como protagonistas de su propia
experiencia de fe, según el principio "Salvar la Amazonía con la
Amazonía". También es importante valorar el luminoso ejemplo dado por
muchos misioneros y mártires que en la Amazonía dieron su vida por amor al
Evangelio. El Círculo Español A propone alentar los procesos de beatificación
de los mártires de la Amazonía.
Migraciones, jóvenes y
ciudades
En
los textos leídos en el Aula no se olvida las poblaciones en aislamiento
voluntario y se pide que sean acompañadas por el trabajo de equipos misioneros
itinerantes. También hay espacio para el tema de la inmigración, especialmente
juvenil. Hoy en día, el 80% de la población de la Amazonía está en las
ciudades. Se trata de un fenómeno que a menudo tiene como efectos negativos la
pérdida de identidad cultural, la exclusión social, la desintegración o la
desestabilización familiar. La evangelización de los centros urbanos es, por
tanto, cada vez más urgente, pero la pastoral debe adaptarse a las
circunstancias, sin olvidar las favelas, las periferias y las realidades
rurales. También hay una necesidad urgente de una renovada pastoral juvenil. En
el frente pedagógico, se pide a la Iglesia que promueva decididamente la
educación intercultural bilingüe y que fomente una alianza de redes
universitarias especializadas en la ciencia del Amazonas y en la educación
superior intercultural para los pueblos indígenas.
Tutela de la Creación y
Dimensión Ecológica
La
dimensión ecológica es central en las relaciones de los Círculos Menores donde
se reafirma que la Creación es una obra maestra de Dios, que toda la creación
está relacionada. Se pide no olvidar que "una verdadera conversión
ecológica comienza en la familia y pasa por una conversión personal, por el
encuentro con Jesús". A partir de esta premisa, es imperativo abordar las
cuestiones más prácticas, como el aumento de la temperatura o el contraste a
las emisiones de CO2. Se alienta un estilo de vida más sobrio y la tutela de
bienes preciosos incomparables como el agua, un derecho humano fundamental que,
si se privatiza o contamina, puede poner en peligro la vida de comunidades
enteras. También se evidencia el valor de las plantas medicinales, así como el
desarrollo de proyectos sostenibles, a través de cursos que conduzcan al
conocimiento de los secretos y la sacralidad de la naturaleza según la visión
amazónica. Algunos círculos proponen desarrollar proyectos de reforestación en
el ámbito de escuelas de formación en técnicas agrícolas.
El pecado ecológico y la
promoción de una economía solidaria
En
este contexto se inserta una doble propuesta de incluir el tema de la ecología
integral en las directrices de las Conferencias Episcopales y de incluir en la
Teología Moral el respeto por la Casa Común y los pecados ecológicos, también a
través de una revisión de los manuales y rituales del Sacramento de la
Penitencia. La humanidad -reconocen a algunos Padres sinodales- avanza hacia el
reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derecho. "La visión
utilitaria antropocéntrica es obsoleta y el hombre ya no puede someter los
recursos de la naturaleza a una explotación ilimitada que pone en peligro a la
humanidad misma. Es necesario contemplar el inmenso conjunto de formas de vida
del planeta en relación unas con otras, promoviendo también un modelo de
economía solidaria y estableciendo un ministerio para el cuidado de la Casa
Común, como propone el Círculo Portugués B.
Sínodo sobre la Amazonía y
comunicación
Por
último, una serie de informes han dado cabida al tema de los medios de
comunicación. Se anima a las redes de comunicación católica a poner la Amazonía
en el centro de su atención, para difundir buenas noticias y denunciar todo
tipo de agresiones contra la Madre Tierra, y anunciar la verdad. También se
propuso la utilización de las redes sociales para la radio web, la web TV y la
radiocomunicación con el fin de difundir las conclusiones de este Sínodo. La
esperanza es que el río del Sínodo, con la fuerza del "río Amazonas",
desborde de los muchos dones e ideas que se ofrecieron a la reflexión de los
padres que han intervenido en el Aula y que de esta experiencia de caminar
juntos puedan surgir nuevos caminos para la evangelización y la ecología
integral.
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