“También hoy la Iglesia sigue necesitando hombres y mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la llamada del Señor"
No
sé si este año el Domund va a ser especial o va a pasar desapercibido. Y lo
peor de todo es que no sé qué es mejor... Este Domund se celebra en el Mes
Misionero Extraordinario (MME), convocado por el papa Francisco hace dos años y
para el que nos hemos estado preparando desde entonces con toda ilusión e
imaginación.
Por
eso, este Domund puede ser singular, y lo podremos vivir con más entusiasmo y
más visibilidad. Pero, al mezclarse los dos eventos, también puede parecer que
no se celebre la Jornada... En cualquier caso, este año todo es extraordinario
y tiene un sentido más profundo y misionero.
“Bautizados y enviados: la Iglesia
de Cristo en misión en el mundo” es el lema que el Santo Padre propuso para
este gran acontecimiento que es el Mes, y Bautizados y enviados es el lema del
Domund 2019. ¿Cómo no ser conscientes de que el bautismo es el comienzo de esta
apasionante aventura de amor que es ser discípulo misionero de Cristo?
Todos,
según nuestras posibilidades y capacidades, somos discípulos, es decir,
seguidores no de una ideología, una forma de vida o una doctrina, sino del
mismo Redentor, del Salvador, del Señor; de Aquel que nos ha hecho hermanos
entre nosotros, hijos de un mismo Padre, y también miembros de su cuerpo y
parte de su ser. Por ese bautismo somos misioneros; no vendemos ni imponemos:
mostramos con nuestra vida y palabras a Quien ha cambiado nuestra existencia y
ha hecho posible que crezca en nosotros la esperanza, la alegría, el amor.
En
el Mensaje del Santo Padre para esta Jornada, Francisco nos recuerda el motivo
de una celebración tan especial como el MME: el centenario de la publicación de
Maximum illud por Benedicto XV. Y nos recuerda que tú, que yo somos misión; es
más, añade el adverbio “siempre” –“yo soy siempre una misión; tú eres siempre
una misión”–, como queriendo hacernos conscientes de que todos los momentos y
ámbitos de nuestra vida son propicios para transmitir nuestra fe en Cristo.
Además,
lanza un importante llamamiento: “También hoy la Iglesia sigue necesitando
hombres y mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la
llamada a salir de su propia casa, su propia familia, su propia patria, su
propia lengua, su propia Iglesia local. [...] La missio ad gentes, siempre
necesaria en la Iglesia, contribuye así de manera fundamental al proceso de
conversión permanente de todos los cristianos”. ¡Qué importante hoy es hacer
presente la vocación misionera!
Francisco
termina haciendo una referencia expresa a las Obras Misionales Pontificias:
“Las OMP manifiestan su servicio a la universalidad eclesial en la forma de una
red global que apoya al Papa en su compromiso misionero mediante la oración,
alma de la misión, y la caridad de los cristianos dispersos por el mundo
entero”. El Domund de este año, de este Mes, no es una Jornada más: es la
oportunidad de hacer conscientes a todos los creyentes de que la misión es la
razón de ser de la Iglesia, también hoy. Y de que Cristo sigue llamando a sus
discípulos a “ir al mundo entero”, “enseñando a guardar todo lo que os he
mandado” (cf. Mc 16,15; Mt 28,20).
La
Santa Sede ha publicado una preciosa Guía para el MME disponible en www.october2019.va. En ella se nos dan argumentos teológicos,
pastorales y bíblicos para celebrar este Mes. Además, se nos presenta el
ejemplo de testigos de la misión que han vivido entregándose por la
evangelización de los pueblos; joyas de nuestra historia cristiana, que
alientan nuestra fe y nuestros deseos de ser apóstoles. Y se nos ofrece también
una reflexión misionera a partir de las lecturas bíblicas de la eucaristía de
cada día de octubre.
En
cada diócesis de España se han organizado muchas actividades y proyectos para
celebrar este Domund y este MME
Por José María Calderón, Director de OMP en España
Fuente: Obras Misionales Pontificias