Baja
y anuncia
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estaba
sentada en la iglesia a los pies de la Virgen, mirando al Sagrario, y, de
repente, un pequeño golpe suena a mi lado. Miro y veo una flor de orquídea.
Entonces levanto la cabeza y veo una planta preciosa, adornando a la Virgen con
muchas flores; esta que tenía a mi lado acaba de caerse.
Miraba
a la flor y me daba cuenta de que su misión había llegado a su culmen, ahora
pasaba a otro estado o situación totalmente distinto. De hecho, antes de acabar
la oración, llegó la sacristana con escoba y recogedor, y la barrió.
Cuando
la veía en el suelo, sentía que había cumplido su misión, que había sido dar
belleza con su color.
Estos
días de Ejercicios han sido un verdadero regalo, donde he podido orar más,
pasar ratos con el Señor, he podido escuchar una predicación sencilla y
sublime, penetrante hasta la médula, pero con una gran suavidad y dulzura.
Tiempo para pasear, dibujar, escribir... En realidad, un monte Tabor; pero
ahora el Señor me dice: “Hay que bajar”.
Esta
experiencia del Señor no es para quedármela, sino para entregarla. Y hoy
volvemos de la montaña “con las pilas cargadas”. Jesús se manifestó a los
discípulos para que ellos luego fueran sus testigos. Y esto es lo que me pide
el Señor: no ser maestra, sino testigo de su amor; testigo de que el amor del
Señor llena toda una vida, de que su amor te plenifica. Que Él da la vida por
ti, para que tú tengas vida; con su muerte y Resurrección ya nada es igual,
puedes vivir desde la vida, y vida en plenitud.
Si
te digo lo que tengo en mi corazón, es una profunda acción de gracias por estos
días.
Hoy
el reto del amor es mirar tu vida y darle gracias al Señor por lo que estés
viviendo, quizás Tabor, quizás Valle... pero lo verdaderamente importante no es
dónde vas o dónde estás, sino con Quién estás. Da la mano fuerte a Cristo y
vive el día desde su amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma