El Vaticano reafirmó la
inviolabilidad del secreto de Confesión y subrayó que no admite excepciones ni
en el ámbito eclesial ni en el civil, ya que “proviene directamente del derecho
divino revelado y está enraizado en la naturaleza misma del sacramento”
![]() |
Cardenal Mauro Piacenza. Foto: ACI Prensa |
La Santa Sede se expresó así
mediante una nota de la Penitenciaría Apostólica, firmada por el Penitenciario
Mayor, Cardenal Mauro Piacenza, sobre la importancia del foro interno y de la
inviolabilidad del secreto sacramental, difundida este lunes 1 de julio, en la
que se hace hincapié en que “toda acción política o iniciativa legislativa
dirigida a forzar la inviolabilidad del secreto sacramental constituirían una
inaceptable ofensa a la libertad eclesial”.
Constituiría, además, “una
violación de la libertad religiosa, jurídicamente fundadora otras libertades,
incluida la libertad de conciencia de los ciudadanos, tanto penitentes como
confesores”.
En la nota se pone de relieve
que “el creciente progreso técnico-científico” favorece una situación en la que
“el mundo de la comunicación parece volverse sustituir a la realidad, ya sea
condicionando la percepción, ya manipulando su comprensión”.
“De esta tendencia, que puede
asumir los rasgos perturbadores de la morbosidad, no está inmune, por
desgracia, la misma comunidad eclesial, que vive en el mundo y, en ocasiones,
asume sus criterios”, se advierte.
Incluso, “también entre los
creyentes, con frecuencia, se gastan energías valiosas en la búsqueda de
‘noticias’, o de auténticos ‘escándalos’, adaptadas a la sensibilidad de
determinada opinión pública con finalidades y objetivos que no pertenecen
realmente a la naturaleza teándrica de la Iglesia”.
Toda esta situación “va en
detrimento del anuncio del Evangelio”, por lo que “es necesario reconocer
humildemente que, ni siquiera las filas del clero, hasta la más alta jerarquía,
están exentos de esta tendencia”.
En este contexto, “parece que
se reafirma un cierto preocupante ‘prejuicio negativo’ hacia la Iglesia
católica, cuya existencia se presenta cultural y socialmente, por un lado, a la
luz de las tensiones que puedan ocurrir dentro de su misma jerarquía y, del
otro, de los recientes escándalos de abusos horriblemente perpetrados por
algunos miembros del clero”.
Ante esta situación, la
Penitenciaría Apostólica ha aclarado, mediante esta nota, algunos conceptos.
Secreto sacramental
Sobre el sacramento de la
Reconciliación, en la nota de la Penitenciaría Apostólica se recuerda que “la
inviolabilidad del secreto de Confesión proviene directamente del derecho
divino revelado y enraizado en la naturaleza misma del sacramento, hasta el
punto de no admitir excepción alguna en el ámbito eclesial no, tampoco en el
civil”.
En la nota se recuerda que el secreto de Confesión se remite “a la esencia
misma del cristianismo y de la Iglesia”, se subraya que, en la Confesión, el
sacerdote actúa en la misma persona de Cristo y que “todo penitente que,
humildemente, se dirige al sacerdote para confesar sus pecados, testimonia el
gran misterio de la Encarnación y la misma esencia sobrenatural de la Iglesia y
del sacerdocio ministerial”.
“Por tal razón, la defensa
del secreto sacramental por parte del confesor, si fuese necesario hasta
derramar la sangre, representa no sólo un acto de lealtad hacia el penitente,
sino mucho más: un necesario testimonio, un martirio, directamente vinculada
con la unicidad y la universalidad salvífica de Cristo en la Iglesia”.
Al mismo tiempo, se señala
que “la defensa del secreto sacramental y la santidad de la confesión no se
podrán constituir nunca en alguna forma de connivencia con el mal, al
contrario, representan el único antídoto verdadero contra el mal que amenaza al
hombre y al mundo entero”.
“Ante pecados que
supongan un delito, no está permitido nunca poner al penitente, como condición
para la absolución, la obligación de entregarse a la justicia civil, debido al
principio natural, recogido en todo ordenamiento, según el cual ‘nemo tenetur
se detegere’”, principio según el cual nadie está obligado a reconocer su
culpabilidad.
Sin embargo, se subraya que
también “pertenece a la naturaleza del sacramento de la Reconciliación, como
condición para su validez, el sincero arrepentimiento, junto al firme propósito
de enmendarse y de no reiterar el mal cometido”.
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL
Fuente: ACI