Una forma de esclavitud
moderna
En
esta fecha se renueva mundialmente el compromiso en la ardua lucha contra el
tráfico de seres humanos, con el objetivo de impedir que los traficantes exploten
a las personas como si fueran "productos", a la vez que se refuerza
el empeño social de ayudar a las víctimas a reconstruir sus vidas.
En
pleno siglo XXI sigue extendiéndose a nivel global una lacra social abominable
que afecta a millones de personas en todo el mundo aunque no existen cifras
estadísticas oficiales: la trata de seres humanos.
Una forma de esclavitud
moderna
Una
forma de esclavitud moderna que se inicia con el reclutamiento de las víctimas,
en general en zonas con altos índices de pobreza, el traslado hacia zonas
alejadas al lugar de residencia y la explotación propiamente dicha.
En
este proceso, las falsas promesas, las amenazas y la violencia en cualquiera de
sus manifestaciones son componentes centrales. La mayoría son retenidas con
fines de explotación sexual, aunque también hay explotación
laboral, mendicidad forzosa y trabajo infantil, sin olvidar el negocio de
las adopciones ilegales y el tráfico de órganos.
Aproximadamente
el 72 % de las víctimas registradas de la trata son mujeres y niñas, mientras
el porcentaje de niños esclavizados por este delito se ha duplicado con creces
entre 2004 y 2016, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga
y el Delito.
Modus operandi de los
traficantes
En
general, los reclutadores presentan ofertas de trabajo prometedoras que siempre
van a estar alejadas del lugar de residencia de la víctima.
Esta
estrategia les permite tener el control sobre la posibilidad de solicitar ayuda
y al mismo tiempo limitar el retorno junto a sus familias ante la insuficiencia
de recursos. Además se encargan de anular aspectos de la propia personalidad
devastándolos a partir de condiciones sistemáticas de violencia, amenaza y
humillación que llegan a despojar a sus "presas" de cualquier
posibilidad de rebeldía ante el terror de ser reprendidas.
Migrantes en el punto de
mira
Los
conflictos en diversos países agravan todavía más el problema, ya que los
grupos armados sobreexplotan a los civiles y los traficantes aprovechan esta
situación captando forzosamente a personas desplazadas huidas de dichas zonas.
Asimismo los migrantes están en el punto de mira ya que representan un grupo
poblacional vulnerable que cae con facilidad en estos flujos de mafias.
Una maquinaria perversa
porque hay cómplices
Tal
como explican las organizaciones que luchan contra la trata, que esta forma de
esclavitud exista hoy en día, obedece a la existencia de personas poderosas que
se enriquecen a partir de la violación de los derechos humanos.
También
existe por la corrupción, el abuso y la impunidad que el poder brinda a
individuos que eligen mirar para otro lado convirtiéndose en cómplices necesarios,
"para que esta perversa maquinaria que se apropia de los sueños e
ilusiones de miles de personas, continúe funcionando".
Fenómeno de la trata en
España: país de destino
"La
trata de seres humanos es un problema poco conocido en España, tanto por la
falta de cifras fiables como por la escasa coordinación policial nacional e
internacional y la permisividad social hacia determinadas conductas
relacionadas con el comercio sexual". Esas son algunas de las conclusiones
de un informe financiado por la Unión Europea y elaborado por un equipo de
investigación en el que participa personal experto de la Universidad Carlos III
de Madrid.
Así
lo explica Itziar Gómez Fernández, una de las investigadoras de este proyecto
quien añade que en este "negocio" las personas son tratadas como
mercancías.
Además,
Itziar hace hincapié en que España es uno de los principales destinos de la
trata de mujeres: jóvenes de entre 18 y 25 años, sobre todo de Nigeria,
Rumanía, China, Brasil y Bolivia, llegan a tierras españolas en su mayoría con
fines de explotación de sexual.
Los
datos no son precisos pero la Organización Internacional del Trabajo cifra
en 21 millones las personas víctimas del trabajo forzoso, que incluye a las
víctimas de explotación laboral y sexual.
Por
último, la investigadora lanza un llamamiento a los medios de comunicación
pidiendo que denuncien este drama social y sus terribles consecuencias para la
humanidad.
Sofía
Lobos - Ciudad del Vaticano
Vatican
News