Las hermanas clarisas
celebran el centenario de su fundación en Cantalapiedra con un Año Jubilar que
el Papa Francisco les ha concedido desde el 31 de mayo de 2019 al 31 de mayo de
2020
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El primitivo monasterio se encontraba en la plaza.
Foto: Diócesis de Salamanca
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La torre del monasterio del
Sagrado Corazón de las clarisas se divisa desde cualquier punto de
Cantalapiedra, un municipio de la comarca de Peñaranda ubicado a 47 kilómetros
de la capital salmantina.
Sobre esta estructura
cuelga desde hace unos días una gran lona que anuncia el Año Jubilar que les ha
concedido la Santa Sede, del Sagrado Corazón de Jesús, y que se extenderá del
31 de mayo de 2019 al 31 de mayo de 2020. En ella se puede leer el lema: 100
años sobre un río de gracia.
Como ya ocurriera en el Año
de la Misericordia, el 1 de junio, antes de iniciarse la Misa votiva en el
templo, en este caso, al Sagrado Corazón de Jesús, se celebró el rito de
apertura de la Puerta Santa, en la que el obispo de la diócesis de Salamanca, Carlos
López, recordó las palabras del salmo 118: «Abridme las puertas de la justicia;
Entraré por ellas…». Después, la puerta se abrió y entró en primer lugar
portando el Evangeliario, que lo mostró al pueblo.
Entre los ritos de la
apertura del Año Jubilar estuvo también la memoria del Bautismo, con la
bendición y aspersión con agua bendita, antes del inicio de la Eucaristía, o la
lectura de los decretos y la bendición del Papa para todos los asistentes. En
la homilía, el prelado recordó que en este año jubilar, «la Iglesia nos llama
con más intensidad a tener la mirada fija en el amor del Padre, que se ha
manifestado en plenitud en la Cruz de su Hijo Jesús».
Unos días antes, la abadesa
del monasterio, la madre sor María Aleluya, relataba cómo estaba viviendo esos
días previos. En la actualidad, 52 hermanas componen esta comunidad de
clarisas, cinco de ellas llegadas hace un año del extinto convento de las
Úrsulas, en Salamanca, con una edad media de 60 años, algo más elevada por las
cinco hermanas que sobrepasan ya los 90, siendo la más joven, de 24.
Sor María Aleluya
puntualizaba que, al acercarse la fecha del centenario de la fundación de este
monasterio, en 1920, «era un buen momento para pedir una gracia especial a la
Santa Sede, como ocurrió en el Año de la Misericordia, para que la gente se
acerque a él, y beneficiarse de lo que el Señor hace aquí».
El pasado 25 de abril, el
prelado salmantino remitió una carta a toda la comunidad diocesana donde
anunciaba la concesión del Año Jubilar del Sagrado Corazón 2019-2020 en
Cantalapiedra por el Papa Francisco y, de este modo, conmemorar el primer
centenario de la fundación del monasterio por la venerable Madre María Amparo
del Corazón de Jesús Delgado García, el 31 de mayo de 1920.
Sobre un río de gracias
La abadesa evocó la primera
inspiración de su fundadora, cuando con 10 años tuvo una visión cuando tomó la
Primera Comunión: «Un río de gracias donde vendrán muchas almas a saciar su
sed, ya no en el monasterio sino en el Corazón de Jesús», y a lo largo de
la historia de esas paredes, en un primer momento ubicadas en el centro del
pueblo, en la plaza Mayor, y más tarde en el paseo de la Estación de
Cantalapiedra, «hemos ido viendo cómo mucha gente se acerca, no por el edificio
en sí, sino porque a través del monasterio se encuentra con la riqueza del amor
de Dios».
Que quien visita esa casa
de las hermanas clarisas siente algo especial fueron testigos aquellos
peregrinos del Año Jubilar de la Misericordia, «que lo dejaron escrito en el
libro de testimonios, donde nos decían que se habían reconciliado con el amor
de Dios en algunos casos, que les había tocado el corazón en otros».
A lo largo de este Año
Jubilar se recordará los orígenes de la fundación, que partió de madre María
Amparo en su pueblo natal, Cantalapiedra, junto a otras dos mujeres sencillas.
El mismo día de su llegada a la primera ubicación del monasterio, se unió a su
causa una mujer más, del mismo municipio. Aquella pequeña casa tenía espacio
para diez hermanas y pronto se quedó pequeña, ya con 16 integrantes en la
comunidad se plantearon la construcción del actual monasterio.
La primera piedra se colocó
en 1926 y abrió sus puertas en 1929, aunque la iglesia se edificó unos años más
tarde, en 1933. Otra fecha clave en la vida de este monasterio fue la muerte de
su fundadora, un 6 de julio de 1941, a los 51 años de edad. Las vocaciones
dejaron de llegar de Salamanca, que como aseguraba su abadesa, hace ya 50 años
que no entra ninguna salmantina, aunque si lo hacen de diferentes puntos de
España, en especial, de Galicia o Madrid, entre otras comunidades autónomas.
La hermana más veterana
lleva en este monasterio desde 1942, sor María Paz, y llegó a conocer a la
madre Amparo cuando visitaba a su hermana, que entró antes en la clausura. El
centenario real de la fundación se celebrará el 31 de mayo de 2020, momento del
cierre del Año Jubilar del Sagrado Corazón de Jesús.
Eva Cañas
Fuente: Alfa y Omega