Los llamamientos del Papa: sólo Dios es el dueño de la vida
Pierre Lambert, padre de Vincent (AFP or licensors) |
En Francia, se ha iniciado el procedimiento para dejar
de alimentar e hidratar a Vincent Lambert, que está hospitalizado en Reims
desde el 2008. Para algunos está en un estado de "conciencia mínima"
para otros en un estado "vegetativo crónico". El Papa, que en el 2018
ya había lanzado dos llamamientos, ha publicado hoy un tweet: la vida es un don
de Dios, desde el principio hasta el fin natural.
El día que el hospital de Reims, en Francia, inició el
procedimiento para dejar de alimentar e hidratar a Vincent Lambert, el Papa
lanzó este tweet en la cuenta @Pontifex:
“Roguemos por cuantos viven en estado de grave
enfermedad. Custodiemos siempre la vida, don de Dios, desde el inicio hasta su
fin natural. No cedamos a la cultura del descarte”
Los padres: ¡no
lo maten!
El hombre de 42 años está hospitalizado desde 2008
tras un accidente de tráfico: es tetrapléjico y, según algunos médicos, vive en
un estado de "conciencia mínima", mientras que, según otros, se
encuentra en un estado "vegetativo crónico". Vicent respira
autónomamente, el latido del corazón es espontáneo, no se está muriendo. Los
padres se oponen a la muerte de su hijo por hambre y sed y desean trasladarlo a
otro centro para que pueda recibir una rehabilitación adecuada. Han presentado
otro enésimo recurso de urgencia. La madre, según Bfm-Tv, dijo: "Lo
están matando, sin habernos dicho nada”. En cambio, la esposa, habla
de ensañamiento terapéutico y es partidaria de la interrupción del apoyo
vital.
Comité ONU: no
interrumpir la alimentación y la hidratación
Después del Consejo de Estado francés, también el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó la petición de los padres de
Lambert de seguir alimentando e hidratando a su hijo. Por su parte, el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad había pedido a Francia que no
inicie procedimientos para poner fin a la vida de Vincent: quiere examinar el
caso. Sin embargo, la ministra francesa de Sanidad, Agnès Buzyn, dijo que no
consideraba que la solicitud del Comité fuera vinculante.
La Convención
ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad
Los abogados de los padres, por su parte, señalan que
Francia ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos
de las personas con discapacidad, aceptando libremente someterse a las
obligaciones que de ella se derivan. Los Estados que se adhieren a la
Convención, aprobada en el 2006, se comprometen a reconocer, de acuerdo con el artículo 25,
"que las personas con discapacidad tienen derecho a gozar del más alto
estándar posible de salud, sin discriminación por motivos de
discapacidad". Además, se comprometen a "adoptar todas las
medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad a
servicios de salud (...) incluida la rehabilitación relacionada con la salud” y
a impedir “que se nieguen, de manera discriminatoria, servicios de salud o de
atención de la salud o alimentos sólidos o líquidos por motivos de
discapacidad”.
Los llamamientos
del Papa: sólo Dios es el dueño de la vida
El año pasado, el Papa Francisco lanzó dos
llamamientos públicos a favor de Vincent Lambert, relacionándolo a la historia
del pequeño Alfie Evans. El 15 de abril de 2018, en ocasión de la Regina Caeli, dijo:
Confío a sus oraciones a las personas como Vincent
Lambert, en Francia, el pequeño Alfie Evans, en Inglaterra, y otras en
diferentes países, que viven, a veces por largo tiempo, en un estado de grave
enfermedad, asistidos médicamente para sus necesidades básicas. Son situaciones
delicadas, muy dolorosas y complejas. Recemos para que cada enfermo sea siempre
respetado en su dignidad y atendido de una manera apropiada a su condición, con
el acuerdo de los familiares, de los médicos y de otros trabajadores de la
salud, con gran respeto por la vida.
Tres días después, al final de la audiencia general del 18 de abril
de 2018, afirmó:
Llamo de nuevo la atención sobre Vincent Lambert y el
pequeño Alfie Evans, y quisiera reiterar y confirmar con firmeza que el único dueño
de la vida, desde el inicio hasta el fin natural, ¡es Dios! Y nuestro deber,
nuestro deber es hacer todo lo posible para custodiar la vida.
La Iglesia de
Reims: no emprender el camino de la eutanasia
El arzobispo de Reims, Monseñor Éric de Moulins-Beaufort,
y su obispo auxiliar, Monseñor Bruno Feillet, publicaron el pasado 13 de mayo
una declaración sobre el caso de Vicent, en la que declaran:
Está en juego el honor de una sociedad humana de no
dejar que uno de sus miembros muera de hambre o sed y hacer todo lo posible
para mantener hasta el final las atenciones apropiadas. Permitirse renunciar a
ella porque un tal tratamiento tiene un coste o porque sería inútil dejar vivir
a la persona humana arruinaría el esfuerzo de nuestra civilización.
La grandeza de la humanidad consiste en considerar la
dignidad de sus miembros, especialmente los más vulnerables, como inalienable e
inviolable. Nuestras sociedades bien equipadas se han organizado de tal manera
que las personas en estado vegetativo o de conciencia mínima sean apoyadas
hasta el final por hospitales y seguidas por personal competente. También sus
familiares y amigos están llamados a brindar apoyo en caso de que uno de sus
seres queridos se encontrara en una situación de este tipo y las bases para un
buen acompañamiento se encuentran en la confianza mutua entre estas personas.
Muchas personas experimentan que este apoyo, aunque agotador, ayuda a hacerlos
más humanos. El deber de la sociedad es ayudarlos. Seguimos rezando y los
invitamos también a ustedes a que lo hagan, para que nuestra sociedad francesa
no emprenda el camino de la eutanasia.
L'Osservatore
Romano: no es un caso de ensañamiento terapéutico
En Francia, la eutanasia está prohibida, pero los
tribunales en el caso Lambert han admitido la suspensión del tratamiento porque
consideran que su continuación es una obstinación irrazonable, un acto inútil y
desproporcionado según afirma la ley Clays-Leonetti sobre el fin de vida. Pero
el hecho es que Vincent no se está muriendo. En este contexto, el sábado pasado
el L’Osservatore Romano habló sobre el caso publicando un artículo de Don
Roberto Colombo, profesor de la Facultad de Medicina y Cirugía de la
Universidad Católica del Sagrado Corazón. Don Colombo afirma: seguir
alimentando e hidratando, aunque sea artificialmente, a Vicent, que no se está
muriendo, nada tiene que ver con el deber de "respetar el inevitable
inicio de la muerte y no oponerse al curso natural de la agonía con
intervenciones inadecuadas que sólo prolongan el sufrimiento del moribundo".
Don Colombo cita al Papa Francisco, quien subrayó que
sólo para un paciente en condiciones terminales, respetar el curso natural sin
ensañamiento terapéutico es "una elección que asume responsablemente el
límite de la condición humana mortal, cuando reconoce que ya no puede oponerse
a ella". Aparece clara entonces la diferencia ética entre la práctica del
ensañamiento terapéutico (uso de medios desproporcionados) y la eutanasia, que
pretende interrumpir la vida, causando la muerte. Este sería exactamente el
efecto de suspender la hidratación y la nutrición a Vincent. Si incluso la ley
o una sentencia lo permitieran -concluye Don Colombo- esta acción "sigue
siendo inaceptable e indigna de una sociedad fundada en el respeto y la acogida
de la vida de todos".
Ciencia y Vida:
también una cuestión de costos
En los últimos días, intervino en Vatican News el
jurista Alberto Gambino, presidente de Ciencia y Vida, hablando de una
tendencia en algunos países a rediseñar los sistemas de salud con el posible
resultado de "interrumpir la existencia humana porque puede que ya no sea
eficiente e incluso se pueda recortar costes". En Inglaterra -dice- ha
habido un fuerte impulso hacia las prácticas de eutanasia, después de la
reforma del sistema de salud que ha requerido la reducción de muchos
costos".
"Si llegamos a una drástica cuenta -añadió
Gambino- de lo que puede costar permanecer en un hospital, en una estructura,
cuando no hay posibilidad de recuperación desde el punto de vista de la
plenitud de la fisiología propia, entonces, a este punto, se vuelve dramático
no sólo el caso Lambert, sino muchas situaciones en las que encontramos una
existencia que no está en plena conciencia. Pensemos cuánto es lábil el
confín entre una patología grave, irreversible, y muchos estados depresivos que
podrían configurarse como patologías y que podrían llevar al resultado exicial
de la muerte" a través del abandono del paciente. Y concluyó: "Esto
realmente no puede suceder en Europa, cuna de la civilización, y es correcto
que los médicos se opongan a todo esto".
Sergio Centofanti – Ciudad del Vaticano
Vatican News