El
día de hoy, el Papa Francisco ha recitado el Regina Coeli en la Plaza de San
Alejandro Nevsky, en la ciudad de Sofía
Compartiendo la alegría de la Pascua, ha
mostrado la importancia del diálogo como mecanismo para acercar a los pueblos.
El
Papa comenzó su discurso durante la oración del Regina Coeli compartiendo
la alegría de la experiencia de Cristo Resucitado. “Cristo vive. Él es nuestra
esperanza” … “Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los
miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la
esperanza. Él está allí y camina contigo” (cf. Exhort. apost. postsin. Christus
vivit, 1-2).
Recuerda
la figura el “Papa bueno”
Después,
el Papa Francisco recordó la figura de su predecesor san Juan XXIII y a quienes
los ciudadanos llaman “el santo búlgaro”, “un santo pastor”, afirma el Papa,
“cuya memoria está particularmente viva en esta tierra, donde él vivió desde
1925 hasta 1934. Aquí aprendió a valorar la tradición de la Iglesia oriental,
manteniendo relaciones de amistad con las otras confesiones religiosas. Su
experiencia diplomática y pastoral en Bulgaria dejó una huella tan fuerte en su
corazón de pastor que lo llevó a promover en la Iglesia la visión del diálogo
ecuménico, que tuvo un impulso notable en el Concilio Vaticano II”.
Camino
ecuménico
El
Papa mostró su alegría por tener la ocasión de saludar a los responsables de
diversas confesiones religiosas y afirmó: “La grata presencia en este encuentro
de los representantes de esas distintas comunidades, muestra el deseo de todos
por recorrer la senda, cada día más necesaria «de asumir la cultura del diálogo
como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco
como método y criterio» (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4
febrero 2019).
Estima por la Iglesia
Ortodoxa de Bulgaria
El
Papa expresa su “estima y afecto a esta venerada Iglesia ortodoxa de Bulgaria,
tuve la alegría de saludar y abrazar a mi hermano Su Santidad Neofit,
Patriarca, como también a los Metropolitas del Santo Sínodo”.
Finalmente,
el Papa invitó a los asistentes a dirigirse a la “Santísima Virgen María, Reina
del cielo y de la tierra, para que interceda ante el Señor Resucitado, y
conceda a esta amada tierra el impulso necesario para ser tierra de
encuentro; en la que, más allá de las diferencias culturales, religiosas o
étnicas os sigáis reconociendo y valorando como hijos y hermanos de un mismo
Padre”.
El
Papa Francisco animó a orar el Regina Coeli: “Lo hacemos aquí, en Sofía,
delante del icono de la Virgen de Nesebar, que significa “Puerta del cielo”, y
que era tan querida por mi predecesor san Juan XXIII, que comenzó a venerarla
aquí en Bulgaria y la llevó consigo hasta la muerte”.
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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