Pío XII
habría visto el milagro de la "danza del sol" poco antes de proclamar
el dogma
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Un acontecimiento extraordinario sobre el cual no
se habían divulgado pruebas documentales aconteció al Papa Pío XII, quien
relató la experiencia en un manuscrito divulgado por el informativo Vatican
Insider. El Pontífice fue testigo durante tres días de la danza del sol en
los Jardines Vaticanos, cuando se disponía a declarar solemnemente el Dogma de
la Asunción de la Santísima Virgen. El prodigio no se repitió
después de esos tres días.
Según el
informativo, el único relato sobre esta experiencia correspondía hasta el
momento al Card. Federico Tedeschini, quien lo contó en una homilía. Sin
embargo, el propio Pío XII dejó un recuento de los hechos en un manuscrito al
respaldo de una hoja mecanografiada. Las características del portento descrito
por el Pontífice con gran naturalidad se asemejan a los testimonios de la
célebre danza del sol del 13 de octubre de 1917 en Fátima.
“Era el 30 de
octubre de 1950”, comienza su relato el Papa Pío XII, correspondiendo esta
fecha a dos días antes de la declaración del dogma de la Asunción de la
Santísima Virgen, y el suceso sucedió cerca de las cuatro de la tarde, cuando
el Santo Padre realizaba “el acostumbrado paseo por los jardines vaticanos,
leyendo y estudiando”. El Pontífice ascendía “hacia la cumbre de la colina (de
la explanada de la Virgen de Lourdes), en la calle de la derecha, que costea la
muralla”.
En este
lugar, el Papa observó hacia el cielo y presenció el milagro: “Fui sorprendido
por un fenómeno, nunca hasta ahora visto por mí. El sol, que estaba todavía bastante
alto, parecía como un globo opaco amarillento, circundado por un círculo
luminoso”. El Santo Padre refirió su extrañeza por el hecho de no ser herido
por la luminosidad del sol, a pesar que sólo una nube ligera se interponía ante
el astro. “El globo opaco se movía ligeramente en el extremo, tanto girando
como desplazándose de izquierda a derecha y viceversa. Pero dentro del globo se
veían, con toda claridad y sin interrupción, movimientos muy fuertes”.
El suceso se
repitió el 31 de octubre y el 1 de noviembre, fecha en que se definió el Dogma
de la Asunción. Con el estilo concreto del relato, el Papa refirió que el 8 de
noviembre pudo verlo de nuevo, “y después ya no”. El Pontífice intentó repetir
las condiciones de tiempo y lugar para observar el cielo y ver de nuevo el
portento, pero en estas ocasiones la visión del sol era imposible a causa de la
natural imposibilidad de sostener la mirada sin sufrir grave daño en la vista.
Con información de Vatican Insider. Artículo publicado
por Gaudium Press
Fuente:
Aleteia