Cazando
lagartijas
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Las
lagartijas son reptiles feos a los que no hay niño que no haya intentado cazar
o alcanzar de alguna manera. Porque, aunque feos... se sabe que son
inofensivos.
Vivir
en el monasterio es vivir en el campo, y ayer, Israel, señalando a la pared,
dijo:
-¡Mira,
una lagartija!
Y,
sí, había una lagartija bastante grande encima del marco de la puerta. De niña
no fui muy buena en ello, pero no quise perder la oportunidad de intentar
cogerla. La verdad es que me lo puso muy fácil: pocos méritos hice, y ahí
estaba, con la lagartija en mi poder.
La
miré un poco y después la dejé en una especie de pecera llena de cactus,
piedras y madera, con la esperanza de que aguantase sin escaparse hasta que las
demás la viesen.
Pero
no. Cuando llegaron Lety e Israel... ya no estaba.
Por
la noche, por curiosidad, leí sobre las lagartijas en una enciclopedia, y me
impresionó lo siguiente: “Es tímida, pero, si la capturamos y no le hacemos
daño, pronto se hace amiga nuestra. Con paciencia, se deja acariciar, toma el
alimento de nuestra mano y acude cuando la llamamos.”
“¡Imposible!
Aparte de feas, ¡se escapan!”, pensé.
Por
la mañana, miré hacia la pecera y, entre las piedras... ¡no me lo podía creer,
la lagartija asomó la cabeza! No se había escapado. Quizá es verdad lo que leí
sobre ellas.
¿Hay
alguna lagartija cerca de ti? Me refiero a esas personas que no te son
agradables, hacia las que te sale rechazo por su apariencia o porque tienen
alguna dificultad, alguna limitación... que además parece que se escabullen o
se ocultan en el silencio. Vayas donde vayas, siempre hay lagartijas, ¿verdad?
Incluso a veces nos hemos podido sentir una de ellas.
Para
entender a esas “lagartijas” vamos a otra Enciclopedia, la del corazón de Dios,
y veremos algo así: “Yo he creado a esa persona, hago bien las cosas, tan bien
como te he hecho a ti, la amo y te amo. Pero, tanto la han perseguido para
cazarla, tanto ha vivido, que se esconde o evita hablar para no ser juzgada. No
temas, acércate sin juicios, tiéndele tu mano y mírame a Mí en ella. Te
sorprenderás, pronto se hará amiga tuya si siente que te acercas con corazón
sincero”.
Hoy
el reto del Amor es que te acerques a las lagartijas que tienes cerca, llévales
el Amor de Cristo. A aquel que está más apartado en clase, en el trabajo, en tu
edificio... acércate, dale la oportunidad de sentirse seguro contigo y date a
ti mismo la oportunidad de sorprenderte.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma