"Creo que tengo una
Madre que no se me va a morir: María"
“No cabe dudas de que tenemos una gran
madre en el cielo, María. Ella es la madre de Jesucristo, madre de la segunda
persona de la Santísima Trinidad…
Si Jesucristo es la cabeza del Cuerpo
Místico, entonces María también es la madre de la cabeza, y por ende, es madre
de todos los que lo componen…
Nosotros somos los miembros del Cuerpo
Místico de Cristo. Por eso María es madre de la Iglesia y madre de todos
nosotros”. Este fue un resumen de la proclamación realizada en el discurso de
clausura de la 3 Sesión del Concilio Vaticano II en 1964.
Lo siguiente, es una oración compuesta
por el Padre Eliecer Sálesman, recogiendo algunas frases de santos, con las
cuales realizó este hermoso Credo
Mariano que sin lugar a dudas nos ayuda a meditar y a crecer aún más en Cristo,
apoyados de nuestra madre María.
Creo que la Madre de Dios es también mi
Madre.
Creo que soy hijo de la Madre del
Redentor.
Creo, Oh Virgen Auxiliadora, que tu
mirada no se aparta jamás de mí.
Creo que los que te honran poseerán la
vida eterna.
Creo que gozas cuando te llamo.
Creo que comprendes plenamente mi
llamada.
Creo que lo que me niegas, me lo niegas
por amor maternal.
Creo que te preocupas cuando me ves
sufrir.
Creo que te alegras cuando me arrepiento
de mis pecados.
Creo que curas mis heridas cuando te lo
permito.
Creo que no dejas de ayudarme, aun en
momentos de mala voluntad mía.
Creo que me amas con amor de preferencia
cuando trato de ser mejor.
Creo que me amas con amor de misericordia
cuando me dejo vencer por el mal.
Creo que me quisiste desde el primer
momento de mi vida.
Creo que te amaré por toda la eternidad.
Creo que cuando Dios quiere hacer santa a
una persona la hace más devota de la Virgen María.
Creo que si como los latidos del corazón
son señal segura de vida, así, invocar con frecuencia a la Madre de Dios es
señal de vida eterna.
Creo que si tengo fe en María
Auxiliadora, veré lo que son milagros.
Creo que en asuntos de salud, la
Santísima Virgen puede hacer lo que no pueden obtener los médicos.
Creo que lo primero que me pide la
devoción a María Santísima es luchar contra el pecado.
Creo que una devoción a la Virgen María
en la que no se consiga la enmienda de mi vida, no es grata del Señor.
Creo que cuando María ruega, todo se
obtiene, nada se niega.
Creo que jamás se ha oído decir que
alguno haya invocado con fe a la Madre de Dios y haya sido abandonado.
Creo que tengo una Madre que no se me va
a morir: María.
Creo que si digo varias veces cada día:
“María Auxiliadora, ruega por nosotros”, obtendré maravillosos favores que
necesito.
Creo que si rezo con fe a la Virgen
María, llegará pronto el tiempo en que el demonio no logrará que yo cometa ni
un solo pecado deliberado.
Creo que María, como en Caná, se da
cuenta cada día de lo que necesitamos y ruega a Jesús por nosotros.
Creo que nada es imposible para quien
tiene fe; que todo es posible para quien cree sin dudar. (Santa Biblia)
Oración por el Padre Eliecer Sálesman
basada en extractos de escritos de santos
Artículo originalmente publicado por pildorasdefe.net