“¿No
habéis podido velar una hora conmigo?”
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Esta
semana, en el compartir comunitario de la Palabra de Dios, el Señor me movió a
decir algo que me pasa por dentro. Dije:
-Me
cuesta vivir la Semana Santa, no la deseo, no me gusta… Siempre siento una pena
muy grande por los sufrimientos que pasa Jesús en estos días… Me acongoja verle
sufrir tanto… Le veo tan solo y desamparado, que mi deseo de aliviarle en algo
no corresponde a la medida de su Pasión…
Sí,
esto que me pasa a mí, no es nuevo: y ya está en los Evangelios. Allí relatan
que, cuando Jesús les decía a los Apóstoles: “El Hijo del Hombre va a padecer a
manos de los hombres, se burlarán de él, lo azotarán y lo crucificarán, y al
tercer día resucitará”, solo les llegaba el: “¡Voy a padecer!”, y se sentían
agobiados, porque amaban al Maestro.
Y
no podían aliviarle, solo se les ofrecía estar a su lado y dejarse invadir por
los mismos sentimientos de Jesús… pero esto lo rechazaba su naturaleza, y se
distraían o se dormían ante la pena, para no pensar, como les ocurrió en el
Huerto de Getsemaní… La naturaleza del hombre huye del sufrimiento.
Pero
Jesús también pasó por lo mismo: “¡Padre, si es posible, aparta de mí este
cáliz!”. Sin embargo, Él sometió su voluntad humana a la voluntad de Dios,
porque el Amor de Jesús fue mayor que todas sus penas...
Cuando
salimos de la reunión, se me acercó una hermana de las jóvenes y me dijo:
-Me
ha aliviado mucho lo que has compartido, porque a mí me pasa lo mismo...
Jesús
nos comprende bien, y solo nos pide una cosa: “¿No podéis velar una hora
conmigo?”
No
pide que cambiemos nuestros sentimientos, (esto nos es imposible), pero sí que
estemos a su lado, en silencio, en esta Semana Santa…
Pienso
que así estuvo María, su Madre: con su corazón pegado al Corazón de su Hijo, y
pasar, sin palabras, por su Pasión, con la gracia que Dios le dio en esos
momentos…
Hoy
el reto del amor es pedir a Jesús que nos conceda en estos días la gracia de
“velar una hora junto a Él”, acompañándole, sin decir nada, solo estando a su
lado y amándole… ¡Que pases un feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma