Juan
Guaidó y Fabiana Rosales, “jamás pensaron” que Dios, la vida y Venezuela “nunca
los elegirían para una misión y un compromiso como el que hoy se les presenta”,
dice obispo auxiliar de Mérida
@guardiancatolic |
Su
nombre es Fabiana Andreina Rosales Guerrero, es comunicadora social y la esposa
del presidente de la Asamblea Nacional, diputado Juan Guaidó.
La joven no ha dejado
de acompañar al dirigente político opositor en los momentos más cruciales que
este ha vivido en los últimos días, entre estos, su nombramiento al frente del
Parlamento Venezolano, y la detención y liberación por parte del gobierno de
Nicolás Maduro.
Aunque
la conducción política de Venezuela, pareciera no estar muy clara todavía, la
historia que se va conociendo y tejiendo en torno a la “pareja presidencial”
que posiblemente regirá al país suramericano, a partir del 23 de enero, no
dejan de sorprender y generar la necesaria esperanza en esta etapa crucial para
los venezolanos.
Ha
sido monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz, obispo auxiliar de Mérida, quien este 15
de enero dio a conocer un detalle especial en la vida de Fabiana Rosales, a
quien los venezolanos desde ya identifican como la “Primera Dama”. Su historia
se hizo viral en las redes sociales, esta vez en tono de esperanza y alegría
para los venezolanos. ¿La razón?
Bajo
el título: “De Monaguilla a Primera Dama”, el prelado reveló que hace veinte
años una niña lo recibió y tomó de la mano, cuando fue enviado por el arzobispo
de Mérida, Baltazar Porras, a ejercer como vicario de la parroquia “Nuestra
Señora de Regla”, en la población de Tovar, donde fue enviado a cumplir su
primera experiencia sacerdotal.
“Recuerdo
que ese día domingo cuando llegué acompañado de mucha gente de Mérida, en la
Plaza Bolívar de Tovar, me esperaban algunas personas (…) la mayoría ya estaba
dentro del templo y entre los que estaban afuera había un grupo de niños:
monaguillos y monaguillas unos que ya venían prestando un servicio en el altar,
otros que se iniciaban ese día y el resto que simplemente querían recibir y
acompañar al sacerdote que llegaba a trabajar”, escribió en su artículo el
prelado merideño.
“Entré
al templo en medio de aplausos y gritos de bienvenida como es costumbre en
nuestras parroquias; los saludaba a todos, pero de la mano me llevaban dos
niñas: Fabiana Andreina Rosales Guerrero y María Alejandra Montilva”. Las niñas
le habrían expresado su deseo de “ser monaguillas” al igual que se sentían
felices de recibirlo ese día en su parroquia. “Quedé inmediatamente
impresionado de la capacidad de estas dos niñas que para el momento tenían sólo
7 años de edad”, relató “Kike” Rojas.
Juan Guaidó le pide la bendición
El
obispo centró su narración en Fabiana Rosales, “a quien después de haberla
visto crecer, formarse toda una señorita, hizo su primera comunión conmigo,
luego en su fiesta de 15 años, en su graduación de bachiller y de la
universidad como licenciada en comunicación social”. También cuenta que ella
manifestó el deseo de hablar con él “para presentarme a su novio para que yo lo
conociera y le diera, como solemos decir, el visto bueno, para así ella
continuar más tranquila con esa relación de noviazgo”.
“Llegó
el día de conocer al joven que ya era un profesional, proveniente de La Guaira
y egresado de la UCAB, nos encontramos en un sitio y así conocí al novio de mi
monaguilla que era Juan Guaidó”, describió el sacerdote en el viralizado
artículo. Cuenta que le dio “buena impresión el muchacho muy educado (…)
recuerdo que Juan ese día se presentó y de una vez me pidió la bendición,
costumbre que mantiene presente actualmente cada vez que nos encontramos o nos
saludamos”.
Familia escogida para una misión
“Sé
que Juan y Fabiana, jamás pensaron que Dios, la vida y nuestra amada Venezuela
nunca los elegirían para una misión y un compromiso como el que hoy se les
presenta, pero sé que los dos junto a su hermosa hija: Miranda Eugenia Guaidó
Rosales (a quien bauticé en la Catedral de Mérida) están preparados y con
formación en valores: humanos, morales, éticos, religiosos y familiares para
ser la Familia Presidencial, que desde hace tanto tiempo le hace falta a un
país como el nuestro donde uno de los sectores más valorados e importantes,
como es el grupo familiar, hoy se siente herido y maltratado”, dice en una
parte de la historia acerca de estos venezolanos del momento.
“Los
dos vienen de familias buenas, no perfectas, pero si con mucha formación y
arraigados en los principios y valores fundamentales que hoy necesitamos
rescatar”, acotó. “He sido siempre ha sido “un defensor y trabajador incansable
de las familias y los que conocen mi trabajo pastoral saben que es así, por lo
que no puedo dejar pasar desapercibido este momento tan importante,
trascendental y determinante en nuestra historia política de Venezuela”,
sostiene el prelado.
“Es
por eso que hoy hablo con propiedad, autoridad moral y espiritual de esta
familia joven: Guaidó Rosales, en primer lugar para que los pongamos en
oración, los acompañemos, apoyemos y los veamos como una familia elegida por
Dios. Recordemos que Dios siempre revela todas estas cosas a los más humildes y
sencillos”, añade.
¡NO
TENGAN MIEDO! De manera personalísima el obispo
auxiliar de Mérida se dirigió a esta familia venezolana. “Queridos: Juan
Guaidó, Fabiana y Miranda, cuentan con mi oración, mi acompañamiento y cercanía
como siempre lo hemos vivido”, dijo.
“No
tengan miedo, tengan fe y confianza en Dios que todo va a salir bien. Cuentan
ustedes también en estos momentos con todo un pueblo sediento de paz,
democracia y libertad. El mismo Dios que permitió que un día ustedes se
encontrarán, se conocieran, se enamoraran, tuvieran una hija tan hermosa; ese
mismo Dios hoy los llama a cumplir esta misión en Venezuela y no los dejará
solos. La historia, Venezuela y todas las generaciones por venir se los
agradecerá siempre”, indicó.
“Reciban
también mi bendición y la del Señor Cardenal Porras Cardozo, porque tú Fabiana
seguirás siendo nuestra monaguilla de la Iglesia merideña y en Tovar. Que la
Virgen de Coromoto Patrona de Venezuela los cubra con su Santísimo Manto. Los
quiere y los bendice todos los días como ustedes siempre me dicen: El Padre
Kike”.
Concluye
comprometiéndose en algo a lo que están llamados a participar millones de
venezolanos para el próximo 23 de enero de 2019: “estaré muy cerca de ustedes
acompañándoles con mi oración y mi Eucaristía”.
Ramón Antonio Pérez
Fuente: Aleteia