El Santo Padre alentó a los profesores que su, no fácil magisterio y su testimonio contribuyan a la contemplación de Cristo, piedra angular, que actúa en la historia y en la memoria de la humanidad y de todas las culturas
Este sábado, 12 de enero, en la Sala del Consistorio
del Vaticano, el Papa Francisco recibió en Audiencia a los participantes en el
XVIII Congreso de la Asociación de Profesores de Historia de la Iglesia
(AIPSC), con motivo de su 50° Aniversario de Fundación.
“Que vuestro no
fácil magisterio y vuestro testimonio contribuyan a la contemplación de Cristo,
piedra angular, que actúa en la historia y en la memoria de la humanidad y de
todas las culturas”, lo dijo el Papa Francisco a los participantes en el XVIII
Congreso “Actividad, investigación y divulgación. La historia de la Iglesia del
post-Concilio”, evento organizado por la Asociación de Profesores de Historia
de la Iglesia (AIPSC), con motivo de su 50° Aniversario de Fundación (1967 –
2017), a quienes recibió en Audiencia este sábado, 12 de enero, en la Sala del
Consistorio del Vaticano.
La historia,
maestra de vida
En su discurso, el Santo Padre saludando a los
participantes en este XVIII Congreso de la Asociación de Profesores de Historia
de la Iglesia, y agradeciendo a su Presidente por haber recordado el antiguo
refrán “historia magistra vitae”, dijo que es una máxima muy
significativa y vinculada con su importante y generoso magisterio. “Un amigo de
sus ‘padres fundadores’ y de su Asociación – precisó el Pontífice – el jesuita
Giacomo Martina, un agudo historiador de la Iglesia, por mucho tiempo profesor
en la Gregoriana y maestro de muchos de ustedes, me dicen que solía recordar a
sus alumnos que la historia es ciertamente maestra de vida, pero que tiene muy
pocos alumnos”.
Servicio y
apasionado testimonio
El Papa Francisco refiriéndose al trabajo de los
profesores de historia de la Iglesia en los seminarios, en universidades
pontificias, en conferencias, en reuniones de estudio, etc., dijo que están
dando una valiosa ayuda al estudio de la historia y a su magisterio, y les
agradeció por este servicio y por este apasionado testimonio. “De hecho, la
historia, estudiada con pasión, puede y debe enseñar mucho hasta hoy, tan
desarticulada y sedienta de verdad, paz y justicia. Bastaría que, a través de
ella – precisó el Pontífice – aprendiéramos a reflexionar con sabiduría y
valentía sobre los dramáticos y malvados efectos de la guerra, de las muchas
guerras que han perturbado el camino del hombre en esta tierra. Y no
aprendemos”.
Una Palabra que
actúa en la historia y la transforma
En este sentido, dijo el Santo Padre, Italia y en
particular la Iglesia italiana, es tan rica en testimonios del pasado. La
historia de la Iglesia italiana es de hecho un punto de referencia esencial
para todos aquellos que quieren comprender, profundizar e incluso disfrutar del
pasado, sin convertirlo en un museo o, peor aún, en un cementerio de nostalgia,
sino para hacerlo vivo y presente a nuestros ojos. “Pero –como ustedes me han
enseñado dijo el Pontífice – en el centro de la historia hay una Palabra que no
nace por escrito, que no viene a nosotros de la investigación del hombre, sino
que nos es dada por Dios y es testimoniada sobre todo a través de la vida y
dentro de la vida. Una Palabra que actúa en la historia y la transforma desde
dentro. Esta Palabra es Jesucristo, que marcó y redimió tan profundamente la
historia humana que marcó el paso del tiempo en un antes y un después de él”.
El historiador
creyente un estudioso de la verdad
Por ello, afirmó el Papa Francisco, la plena
aceptación de su acción salvadora y misericordiosa debe hacer del historiador
creyente un estudioso aún más respetuoso de los hechos y de la verdad, delicado
y atento en su investigación, un testigo coherente en su enseñanza. Debería
alejarlo de todo lo mundano ligado a la presunción de saber, como el ansia de
reconocimiento profesional o académico, o la creencia de que puede juzgar los
hechos y a las personas por sí mismo. De hecho, la capacidad de vislumbrar la
presencia de Cristo y el camino de la Iglesia a través de la historia nos hace
humildes, y nos aleja de la tentación de buscar refugio en el pasado para
evitar el presente.
Cristo, actúa
en la historia y en la memoria de la humanidad
Antes de concluir su discurso, el Santo Padre alentó a
los profesores que su, no fácil magisterio y su testimonio contribuyan a la
contemplación de Cristo, piedra angular, que actúa en la historia y en la
memoria de la humanidad y de todas las culturas. Y que Él siempre les dé a
gustar Su presencia salvadora en los hechos, documentos, eventos, grandes o
pequeños. Sobre todo, yo diría, los hechos de los humildes, los últimos,
también los actores de la historia. Y este será realmente el camino maestro
para tener quizás algunos estudiantes a su lado, pero realmente buenos,
generosos y preparados.
Finalmente, el Papa Francisco saludó a los
participantes en este Congreso compartiéndoles su experiencia con dos jesuitas
apasionados por la historia, los padres, Giacomo Martina y Hugo Vanni, quienes
le ayudaron en profundizar la historia de la Iglesia y de los Papas.
Renato Martínez – Ciudad del Vaticano
Vatican News