NUEVE VILLANCICOS QUE DEBES ESCUCHAR EN NAVIDAD (I)

Desde tiempos remotos la humanidad le ha cantado al Niño Dios, a los personajes del nacimiento o al sentido que entraña la Natividad

En la Edad Media el villancico era una composición poética, muy común entre los habitantes de las villas españolas, más conocidos como villanos, y a quienes se debe el nombre de este género. Más adelante se le identificó como una modalidad musical con cierta libertad en sus estrofas y en la métrica, pero no necesariamente asociada a la religiosidad. Gracias a su adaptación por parte de religiosos que les pusieron música sacra a poemas dedicados a Dios, el canto profano, de humilde origen campesino, adquirió una connotación litúrgica que evolucionó hacia temáticas que exaltan el sentido auténtico de la Navidad: el nacimiento del Niño Jesús.

Su difusión en iglesias europeas —católicas y protestantes— impactó a la gente común y corriente, entre ellos a autores que no eran sacerdotes o religiosos que con su ingenio le dieron un nuevo aire al incluir en sus composiciones, además del Niño Jesús, a otros protagonistas de la Natividad como la Virgen y san José.

No hay evidencias de la época en que los villancicos españoles influyeron en obras del mismo tipo en otros países europeos o si realmente hubo esa influencia. Lo cierto es que en Francia se les llama nöels (Navidad), en Inglaterra son conocidos como Christmas carol (canción de Navidad), en Alemania se denominan Weihnachtslieder (canciones de Nochebuena), en Italia se les dice canzione di Natale (canción de Navidad) y en Portugal su nombre es cantiga de Natal (canto de Navidad).

En América Latina, esta música, ya con enfoque religioso, llegó de la mano de los misioneros católicos quienes la utilizaron como herramienta de evangelización y que con el transcurso del tiempo alentaron su difusión en ritmos de origen indígena y africano.

Cualquiera que sea el ritmo musical —música culta, folclórica o tropical— el villancico “es una melodía popular que se canta en Navidad”. Algunos pueden ser dramáticos, otros fueron impecablemente elaborados y unos cuantos son demasiado elementales. Incluso, los hay tristes o festivos, pero en todos ellos está presente la alabanza como un acto íntimamente ligado a la adoración y al reconocimiento humano de la majestad de Dios.

Junto a la alabanza están las referencias a la Sagrada Familia y a otros personajes citados o no por las escrituras, entre ellos, los ángeles, los reyes magos, la mula, el buey, los pastores, las ovejas y los camellos. También hacen parte de la creatividad navideña la estrella, el portal, la noche, la nieve, la cuna y los pañales del Niño e instrumentos musicales como la pandereta, el arpa y el tambor.

La siguiente selección de Aleteia apenas es una minúscula lista de los miles de villancicos populares, especialmente en español, compuestos en cientos de idiomas y modalidades.

Noche de paz – Josep Mohr / Franz Xaber Gruber / Los Tres Tenores

El villancico más famoso del mundo, traducido a más de 300 idiomas, se interpretó por primera vez la víspera de Navidad de 1818 en la iglesia de san Nicolás, en Oberndorf, Austria. La letra es del sacerdote católico Joseph Mohr quien le pidió al maestro de escuela y organista Franz Xaber Gruber que le pusiera música a un poema escrito por él dos años atrás pero que deseaba estrenar en la misa de gallo de aquel día. La obra, que en un principio se hizo para guitarra y a voces y luego se montó para piano y coros, pasó de Austria a Alemania y desde allí se extendió a toda Europa. Esta composición que en 2018 cumple 200 años ha sido interpretada por prestigiosas orquestas y artistas de gran renombre como Frank Sinatra, Andrea Bocelli y los tenores Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y José Carreras.



Vicente Silva Vargas

Fuente: Aleteia