De esta manera el Pontífice levanta su voz para denunciar este flagelo que afecta a los más vulnerables de la sociedad
Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud |
El
tweet del Santo Padre para este 2 de diciembre, día en el que se celebra la
Jornada Internacional para la Abolición de la Esclavitud. Esta celebración fue
establecida para concienciar a la opinión pública sobre el flagelo que supone
la esclavitud moderna, que en la actualidad afecta a más de 40 millones de
personas en todo el mundo.
“Levantemos el velo de indiferencia que cubre
el destino de quien sufre. Nadie puede lavarse las manos ante la trágica
realidad de la esclavitud de hoy”, lo escribe el Papa Francisco en un tweet en
el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, de esta manera el
Pontífice levanta su voz para denunciar este flagelo que afecta a los más
vulnerables de la sociedad.
Números dramáticos y
alarmantes
La
celebración del Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, fue
aprobada el 2 de diciembre de 1949, para conmemorar el aniversario del Convenio
para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la
Prostitución ajena. Desde entonces, casi más de 70 años atrás, los números de
este flagelo son aún dramáticos y alarmantes: 40,3 millones de personas en todo
el mundo son víctimas de la esclavitud moderna, según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Los más afectados de manera desproporcionada
por esta lacra, son mujeres y niñas representando el 71% del total, casi 29
millones. Del total de víctimas, un 25% son niños, alrededor de 10 millones.
Un fenómeno con formas
siempre nuevas
El
término de esclavitud moderna se utiliza como un término general que abarca
diversas prácticas como el trabajo forzoso y el matrimonio forzado. Con ella,
se hace referencia a situaciones de explotación en las que una persona no puede
rechazar o abandonar debido a amenazas, violencia, coerción, engaño o abuso de
poder. Si bien el trabajo infantil no entra dentro del término general de
esclavitud moderna, normalmente se suele relacionar con ella.
Los
informes preparados por los órganos de las Naciones Unidas y las ONG demuestran
aún la persistencia de las viejas formas de esclavitud que subsisten al amparo
de creencias y costumbres tradicionales. Esas formas de esclavitud son el
resultado de una discriminación arraigada contra los grupos más vulnerables de
la sociedad, como las personas consideradas de casta inferior, las minorías
tribales y los pueblos indígenas.
El trabajo forzoso
Según
un informe dado en 2016, se estima que unos 25 millones de personas estaban
atrapadas en trabajo forzoso; de ellas, 16 millones eran víctimas de la
explotación laboral forzada en el sector privado (trabajo doméstico, la
construcción y la agricultura), alrededor de 5 millones eran víctimas de la
explotación sexual forzada; y poco más de 4 millones (16 por ciento del total)
del trabajo forzoso impuesto por las autoridades del Estado. Junto con formas
tradicionales de trabajo forzoso, como el trabajo en condiciones de servidumbre
y la servidumbre por deudas, existen en la actualidad formas más contemporáneas
como el de los trabajadores migrantes que son víctimas de la trata.
Los países con más
esclavos
Entre
las causas que generan la esclavitud se encuentran hoy en día, las guerras y
los totalitarismos, por ello, entre los países con mayor número de esclavos en
el mundo se encuentra Corea del Norte, aquí una persona de cada diez vive en
esclavitud, obligado por el Estado a trabajar por el “bien de la patria”. Le
sigue Eritrea, Burundi, República Centroafricana. Luego, Afganistán,
Mauritania, Sudán del Sur, Pakistán, Camboya e Irán. La esclavitud también
afecta a países ricos como los Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Francia,
Alemania, Países Bajos y muchos otros países europeos entre los cuales también
Italia, donde el comercio y los flujos migratorios crean un terreno fértil para
la esclavitud.
Un trabajo decente
necesita mayor esfuerzo
Según
los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en particular la meta 8, que promueve
el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y
productivo y el trabajo decente para todos, no podrán ser alcanzados a menos
que se intensifiquen en forma drástica los esfuerzos para eliminar la
esclavitud. Por ello, es necesario adoptar medidas inmediatas y eficaces para
erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de
esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de
las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la
utilización de niños soldados.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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