«No echemos en
saco roto esta oportunidad de gracia»
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| Foto de archivo |
Una iniciativa querida por Francisco y promovida por
el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización a nivel mundial. «Sintámonos
todos, en este día, deudores con ellos, para que tendiendo recíprocamente las
manos unos a otros, se realice el encuentro salvífico que sostiene la fe,
vuelve operosa la caridad y permite que la esperanza prosiga segura en su
camino hacia el Señor que llega», pidió el Papa
El próximo domingo 18 de noviembre, el XXXIII del
Tiempo Ordinario, se llevará a cabo la II Jornada Mundial de los Pobres,
querida por el Papa Francisco al final del Jubileo Extraordinario de la
Misericordia. Como recordó el Santo Padre en el Ángelus de este domingo, se
trata de una iniciativa de “evangelización, oración y compartir” que “favorece
una creciente atención a las necesidades de los últimos, de los emarginados, de
los hambrientos”.
Tal como pidió el Papa Francisco en su Mensaje de este año, en esta
Jornada Mundial “estamos invitados a concretar las palabras del salmo: «Los
pobres comerán hasta saciarse» (Sal 22, 27).
Santa Misa y
almuerzo con los pobres en el Vaticano
El Consejo Pontificio para la Promoción de la
Nueva Evangelización, adhiriendo a la voluntad del Romano Pontífice, ha
coordinado algunas iniciativas dirigidas a transmitir la atención de la Iglesia
sobre todo hacia quien vive en los márgenes de la sociedad. Entre ellas, el
almuerzo del Papa con los pobres, que seguirá a la celebración de la Santa Misa
presidida por el Pontífice en la Basílica de San Pedro a las diez de la mañana,
en la que se espera la participación de cerca de 6 mil pobres junto a los
voluntarios que los acompañan, además de exponentes de las numerosas realidades
que se ocupan de estas personas necesitadas. Mientras que tras la Santa
Misa, son cerca de 3 mil los pobres invitados a participar en el almuerzo
organizado en el Aula Pablo VI del Vaticano. Tal como sucedió el año pasado, el
Romano Pontífice compartirá la mesa con los pobres compartiendo con ellos un
momento de convivialidad en sencillez.
El Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización informó además que este momento se desarrollará
contemporáneamente en las salas de diversas parroquias, universidades,
realidades asistenciales y asociaciones de voluntarios que han adherido a la
iniciativa, como Cáritas y la Comunidad de Sant’Egidio, entre otros.
Centro de atención
médica instalado en la Plaza de San Pedro
También este año se repetirá la experiencia del Centro
de Salud Solidario, la iniciativa que ofrece cuidados gratuitos a las personas
necesitadas que normalmente tendrían dificultad a acceder a ellos. La estructura
está abierta desde este 12 de noviembre, permanecerá activa hasta el domingo
18, y contará con un laboratorio de análisis. Las especialidades médicas
presentes en el centro serán medicina general, cardiología, enfermedades
infecciosas, ginecología y obstetricia, podología, dermatología, reumatología y
oftalmología, ofrecidas por diversas instituciones sanitarias de Roma.
«No echemos en
saco roto esta oportunidad de gracia»
En su mensaje de este 2018, el Pontífice expresó su
deseo de que también este año, y en el futuro, esta Jornada se celebre “bajo el
signo de la alegría de redescubrir el valor de estar juntos”: “Orar juntos en
comunidad y compartir la comida en el domingo - escribió el Papa- . Una
experiencia que nos devuelve a la primera comunidad cristiana, que el
evangelista Lucas describe en toda su originalidad y sencillez: «Perseveraban
en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en
las oraciones. [....] Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común;
vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de
cada uno» (Hch 2, 42.44-45).
Recordemos pues las palabras de Francisco: los pobres
nos evangelizan, ayudándonos a descubrir cada día la belleza del Evangelio. No
echemos en saco roto esta oportunidad de gracia. Sintámonos todos, en este día,
deudores con ellos, para que tendiendo recíprocamente las manos unos a otros,
se realice el encuentro salvífico que sostiene la fe, vuelve operosa la caridad
y permite que la esperanza prosiga segura en su camino hacia el Señor que
llega.
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
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