La edad no es impedimento
para alcanzar la santidad y esto es lo que demostraron estos ocho niños que se
destacaron por su testimonio de piedad, fidelidad y amor a Dios
San José Sánchez del Río, Santo Domingo Savio
y Santos Francisco y Jacinta Marto /
Foto: Templo de San José Sánchez del Río - Wikipedia
(Dominio Público)
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1. Santos Francisco y Jacinta
Marto
Junto con su prima Lucía, Francisco y
Jacinta Marto fueron testigos de las apariciones de la Virgen
María en Portugal del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917. Ambos tenían 9 y 7
años respectivamente.
Durante estos sucesos, los pastorcitos soportaron con valentía las
calumnias y persecuciones y realizaron varias mortificaciones. El pequeño
Francisco pasaba mucho tiempo ante el Sagrario y rezaba para consolar a Dios
por las faltas de la humanidad mientras que Jacinta iba a Misa todos los días y
ofrecía la comunión por los pecadores.
Francisco y Jacinta enfermaron de bronco-neumonía durante una
epidemia en la región. Él murió en 1919 y su hermana un año después.
2. Santo Domingo Savio
Santo Domingo Savio quiso ser sacerdote
desde pequeño y tras conocer a Don Bosco ingresó al Oratorio de San Francisco
de Sales en Turín, Italia.
El niño se destacó por su intensa vida espiritual, su alegría y su
disposición para ayudar a los demás, especialmente a su familia. Solía decir
con frecuencia: “¡Quiero ser santo!”.
Enfermó y, a pedido de los médicos, tuvo que dejar el oratorio y
regresar a su casa. Antes de morir, el 9 de marzo de 1857, exclamó “¡qué cosa
tan hermosa veo!”. Faltaban pocas semanas semanas para que cumpla 15 años.
3. San José Sánchez del Río
San José Sánchez del Río fue un niño que
por amor a Jesús se unió a los Cristeros, un grupo armado de miles de católicos
que defendieron su fe durante la persecución religiosa perpetrada en México la
segunda década del siglo XX.
“Joselito”, como se le conoce en su país, sirvió a los cristeros
–que en un principio no quisieron aceptarlo porque era joven y por el peligro
al que se exponía– como portaestandarte de la imagen de la Virgen de Guadalupe,
pero no llegó a tomar parte activa en los enfrentamientos armados.
Tenía 14 años cuando el 10 de febrero de 1928 los oficiales del
gobierno de Plutarco Elías Calles lo torturaron y lo asesinaron por negarse a
renunciar a la fe.
4. Santa María Goretti
Santa María Goretti creció en el seno de
una familia que era pobre de bienes terrenales, pero rica en la fe.
Cuando tenía once años fue
apuñalada por Alessandro Serenelli, un joven de 19 años, porque se negó a tener
relaciones sexuales con él.
El 6 de julio de 1902, antes
de morir, ella perdonó a su asesino, que fue encarcelado. Mientras estaba en la
prisión, Alessandro se arrepintió de su crimen y cuando salió libre buscó a la
madre de María para pedirle perdón.
Años después, él colaboró
dando su testimonio para la causa de beatificación de María. También fue
admitido en la orden tercera de San Francisco.
5. Santos Cristóbal, Antonio
y Juan, los Niños Mártires de Tlaxcala
Los santos Cristóbal,
Antonio y Juan, fueron asesinados por odio a la fe en México entre
1527 y 1529. Son considerados los primeros mártires de América.
Cristóbal fue hijo del
cacique Acxotecatl y conoció la fe católica gracias a la labor evangelizadora
que los frailes franciscanos realizaban en la región entre los años 1524 y
1527. Tras recibir el bautismo, trabajó por la conversión de su familia, pero
su padre se enfureció. Murió a los 12 años producto de los golpes y quemaduras
provocadas por su progenitor.
Antonio y Juan recibieron
formación de los franciscanos y dominicos. Ambos trataron de erradicar la
adoración de ídolos en su pueblo Tizatlán y en las aldeas cercanas. Fueron
descubiertos por los pobladores de Cuautinchán, que los asesinaron a golpes.
POR MARÍA XIMENA RONDÓN
Fuente: ACI