El
dicasterio recuerda la exhortación del Papa Francisco, que dice que la persona
debe tener prioridad sobre el beneficio
En
ocasión de la Jornada Mundial de la pesca, esta mañana en la sede de la Fao, se
ha llevado a cabo un evento co-organizado por este organismo, la misión del
Observador Permanente de la Santa Sede y el Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral-Apostolado del Mar
El
tema de la jornada mundial: “Los derechos del trabajo son derechos humanos.
Trabajar juntos por los derechos de los pescadores e intensificar la lucha
contra la trata de seres humanos y el trabajo forzado en el sector del
trabajo”. Este evento ha sido la ocasión para presentar el mensaje
de la Santa Sede para la Jornada Mundial de la Pesca 2018. Un mensaje que es
publicado cada año y que por primera vez ha sido leído al público desde la sede
del organismo por el cardenal Prefecto del Dicasterio, Peter Turkson. Junto al
Mensaje, una oración.
Llamamiento por los
derechos de los pescadores
Los
pescadores sufren una serie de violaciones de sus derechos fundamentales. Al
respecto el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano
Integral-Apostolado del Mar, en este día esperan poder incrementar la
sensibilización sobre la situación de los pescadores y generar cambios
fundamentales en sus vidas, y hace un llamamiento a los organismos
internacionales:
“Dejen
de lado las diferencias, el antagonismo y la rivalidad y unan esfuerzos para
desarrollar una hoja de ruta hacia una extensa ratificación e implementación de
los instrumentos internacionales. Esta cooperación debe llevarse a cabo a nivel
mundial, regional, nacional y local, y debe garantizar la participación de la
sociedad civil, la industria y los minoristas, las ONG, los sindicatos y la
Iglesia. Trabajando juntos, podemos acabar con la trata de seres humanos y el
trabajo forzado en el mar, mejorar las condiciones laborales y la seguridad, y
luchar contra la pesca INDNR, con la esperanza de crear un sector pesquero
sostenible desde el punto de vista social, ambiental y comercial. Es un gran
reto, pero también es la única esperanza que tenemos para reafirmar la promoción
del “respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las
libertades fundamentales” en la industria pesquera mundial”.
La exhortación del Papa
Francisco
El
dicasterio recuerda la exhortación del Papa Francisco, que dice que la persona
debe tener prioridad sobre el beneficio: “... Detrás de cada actividad hay una
persona humana. [...] La centralidad actual de la actividad financiera en
comparación con la economía real no es aleatoria: detrás de esto está la
elección de alguien que piensa, erróneamente, que el dinero se hace con dinero.
El dinero, dinero real, se hace con trabajo. Y el trabajo le da la dignidad al
hombre, no el dinero”.
Datos y un poco de
historia
En
su mensaje, el purpurado hizo un poco de historia: el Día Mundial de la Pesca
se instituyó en Nueva Delhi, India, el 21 de noviembre de 1997 cuando, por
primera vez, representantes de pescadores artesanales, en pequeña escala y
trabajadores del sector pesquero de 32 países se reunieron para fundar una
organización internacional de pescadores, y se comprometieron a apoyar
políticas de pesca y prácticas sostenibles a nivel mundial y la justicia
social. Para valorar la importancia de la celebración del Día Mundial de la
Pesca, basta con examinar los datos presentados por la FAO en 2016, que
indicaban que 59,6 millones de personas trabajaban (a tiempo completo, a tiempo
parcial u ocasional) en el sector pesquero y de la acuicultura. Casi el 14% de
estos trabajadores eran mujeres.
La
gran mayoría de la población empleada en estos sectores procedía de Asia (85%),
seguida de África, América Latina y el Caribe, suministrando alrededor de 171
millones de toneladas de pescado al mercado mundial, y generando un valor de
primera venta de producción que se estima en 320 mil millones de dólares. Las
cadenas mundiales de valor del pescado, que incluyen la producción, el
procesamiento, la distribución y el comercio de pescado, proporcionan medios de
sustento a aproximadamente 820 millones de personas. El consumo de pescado
proporciona a unos 3.200 millones de personas casi el 20 por ciento de sus
proteínas animales.
DDHH violados. Los
pescadores claman ayuda a la Iglesia
Sin
embargo, innumerables y persistentes cuestiones complejas se esconden tras
estas significativas cifras, que revelan la importancia y las aportaciones de
los sectores pesqueros a la seguridad alimentaria, al crecimiento económico y
al alivio de la pobreza. En los primeros puestos de la lista, se lee en el
texto, además de los abusos físicos y verbales, cabe destacar la explotación masiva
de pescadores, incluyendo numerosos casos de trabajo forzado, la trata de seres
humanos y la desaparición en el mar. Podemos observar un vínculo directo entre
todos estos abusos y el uso de banderas de conveniencia, la Pesca ilegal, no
declarada y no reglamentada (INDNR), el crimen transnacional. Además, no
debemos olvidar el reto de la sostenibilidad de las poblaciones de peces, la
contaminación y otros problemas ambientales.
Desde
esta angustiosa y dolorosa realidad, los pescadores piden ayuda y, como
Iglesia, no podemos taparnos los oídos, no podemos permanecer en silencio. Los
pescadores, reafirman el principio del Artículo 4 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (DUDH): “Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus
formas”.
En
el 70 aniversario del documento recuerdan también el Artículo 23, que dice que
toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección del mismo con
condiciones “equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra
el desempleo”. Asimismo, toda persona tiene derecho, sin discriminación
alguna, a igual salario por trabajo igual. Una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a
la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera
otros medios de protección social. Y su derecho a fundar sindicatos y a
sindicarse para la defensa de sus intereses. En el mensaje, el dicasterio
escribe que estos derechos laborales fundamentales, tienen derecho los
pescadores, como seres humanos que son.
Soluciones para
reivindicar los derechos de los pescadores
Ante
las numerosas cuestiones problemáticas en materia de pesca, los países miembros
de los organismos especializados de las Naciones Unidas han adoptado y
respaldado varios instrumentos internacionales que, de ser ratificados y
plenamente implementados por todos los estados, podrían cambiar drásticamente
la vida de los pescadores, de sus familias y el estado ambiental de los
recursos pesqueros. Y la industria pesquera, se compromete a resolver estos
problemas con la certificación de productos, mientras que la sociedad civil y
los consumidores están pidiendo a los minoristas que sean más responsables en
sus negocios y que actúen con la diligencia debida en toda su cadena de
suministro.
Sin
embargo, todos estos esfuerzos no son suficientes, porque según los capellanes
y los voluntarios del Apostolado del Mar en todo el mundo, el número de
gobiernos que ha ratificado los instrumentos internacionales es todavía muy
bajo, y en algunas zonas más pequeñas, la industria pesquera todavía padece las
consecuencias de la crueldad de los responsables políticos, cuyo único objetivo
es sacar el máximo provecho económico.
Patricia
Ynestroza-Ciudad del Vaticano
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