Nueva
serie de 10 artículos sobre la JMJ
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A
casi 2 meses del comienzo de la Jornada Mundial de la Juventud, que se
celebrará en Panamá del 22 al 27 de enero de 2019, Zenit inicia la
publicación de una serie de 10 artículos sobre “El Por qué de la JMJ”,
escritos por el diácono Pedro Guevara Mann, Director Artístico de la
JMJ Toronto 2002.
Durante
los próximos meses, Pedro Guevara compartirá un poco de su experiencia con la
JMJ – la Jornada Mundial de la Juventud y explicarles un poco del por qué de la
JMJ. Pedro es panameño y diácono permanente en la arquidiócesis de Toronto, en
Canadá donde trabaja como productor de TV para Salt + Light Catholic
Television.
Sigue
la reflexión del diácono Pedro Guevara:
***
El Reino de Dios
Hoy
quiero comenzar donde todo debe comenzar, con el Reino de Dios. En el mensaje
para la JMJ Roma 2000 el Papa Juan Pablo II les dijo a los jóvenes del
mundo: “Ustedes son los Santos del nuevo milenio”.
Pero,
¿qué quiere decir que somos santos?
Yo
no pienso que soy santo o que puedo ser santo. Porque, ¿quién soy yo? Soy un
católico ordinario. Crecí en una familia católica, probablemente ordinaria como
la tuya: misa los domingos, catecismo, sacramentos, grupo juvenil. De
adolescente formé parte del primer grupo juvenil y coro de la Parroquia de
Nuestra Señora de Guadalupe en Panamá.
Cuando
me fui de Panamá, seguí practicando mi fe. Nunca dejé de ir a misa. En el
“college”, asistía a las reuniones ecuménicas cristianas, y tocaba mi guitarra.
En la universidad me uní a la comunidad católica y al movimiento de estudiantes
cristianos. Así fue. Nunca “perdí” mi fe. Siempre he vivido una vida
“normal” de “buen” católico.
Pero
así como muchos, aunque siempre estuve “con” la Iglesia y siempre, he “seguido”
a Cristo, nunca había tenido un encuentro personal con Cristo. Bueno, no
reconocía que había tenido encuentros personales con Cristo.
Porque
a veces los tenemos y ni nos damos cuenta.
Un
encuentro personal con Cristo, casi siempre nos lleva a un llamado. Y sí,
había tenido encuentros, pero nunca me habían llevado a un llamado. Nunca.
Eso
es, hasta que comencé a trabajar para la Oficina Nacional de la Jornada Mundial
de la Juventud 2002, en Toronto.
Yo
fui el Director Artístico de la JMJ2002, responsable de toda la programación
artística: la música, danza y expresión dramática y todo el montaje escénico de
todos los Actos Centrales. Para el Festival Juvenil coordinamos la
participación de cerca de 200 grupos de 35 países, un total de unas 400
presentaciones en ocho idiomas. También coordiné la producción del CD oficial
de la JMJ y toda la música y danza para la Liturgias y Actos Centrales con el
Papa. Fue una experiencia inolvidable y de muchas bendiciones. Igualmente,
nunca he estado tan ocupado ni he dormido tan poco. Pero a la vez, nunca me
sentí súper estresado, ni que el cielo se me venía encima. Nunca sentí que
perdía la esperanza. Siempre supe que este trabajo era de Dios y para Dios.
Y
en ese pequeño detalle es que algo dentro de mí cambió.
Mi
experiencia con la Jornada fue una experiencia de las bienaventuranzas. Las
hemos escuchado ya muchas veces: Bienaventurados los pobres y los que lloran,
porque de ellos es el reino de los cielos (Mateo 5:3-12 y Lucas 6:20-23).
Para
mí la JMJ de Toronto fue una experiencia de la Bienaventuranzas:
Bienaventurados
los que están frustrados, los que no tienen plata, los que no tienen suficiente
tiempo en el día y tienen demasiado trabajo… Bienaventurados los que tienen
hambre, bienaventurados los que se perdieron y no llegaron a sus Catequesis,
los que no comieron porque la comida se acabó, los que estaban sucios,
mojados, con sueño, con frío o con calor o insolación. Bienaventurados los
que se deshidrataron…. los que tuvieron que recaudar cientos de dólares para
comprar un boleto de avión y después no consiguieron visa…
Bienaventurados
porque de ellos es el Reino de Dios.
Dentro
de dos meses, cientos de miles de jóvenes estarán viajando a Panamá para la 34ª
Jornada Mundial de la Juventud. Pero ¿para qué? ¿Para qué todo ese sufrimiento?
¿Para qué gastar tanta plata para viajar tan lejos y estar metido en el tumulto
de gente, de no ver nada, de mojarse y pasar hambre? ¿Para qué fuimos llamados,
como dijo Juan Pablo II en Toronto, a “hacer resonar las avenidas con el gozo y
amor de Cristo”?
En
los próximos meses estaré compartiendo con Uds. de donde surgió la JMJ y por
qué es tan importante para la Iglesia. Espero que puedan seguir leyendo. [673]
Pedro Guevara Mann
Director Artístico de la
JMJ Toronto 2002
@deaconpedro
Fuente:
Zenit