Al
celebrarse este 9 de noviembre los 29 años de la caída del Muro de Berlín, es
importante recordar el papel clave que cumplió San Juan Pablo II en el derrumbe
de los regímenes totalitarios comunistas que existían en Europa oriental
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El Muro de Berlín/ Retrato oficial de San Juan Pablo II.
Foto: Departamento de Defensa de Estados Unidos -
Dominio público
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“La
verdad es que el 50% de la caída del muro pertenece a Juan Pablo II,
el 30% a Solidaridad y Lech Walesa y solo el 20% al resto del mundo. Esa era la
verdad entonces y es la verdad ahora”, sentenciaba Walesa en 2009.
Walesa,
líder político polaco y cofundador del partido Solidaridad, ganó el Premio
Nobel de la Paz en 1983 por sus esfuerzos de llevar la democracia y acabar con
la tiranía comunista en su natal Polonia.
La
construcción del Muro de Berlín comenzó en 1961, pero los problemas se remontan
a finales de la Segunda Guerra Mundial.
Derrotado
el régimen nazi, los aliados se repartieron el control de Alemania y su capital
Berlín. La parte oriental quedó en manos de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), y el oeste bajo el control de Estados Unidos, Reino Unido y
Francia.
El
muro fue construido por el régimen soviético para evitar el escape desde el
territorio que controlaban hacia el lado occidental. La estructura se convirtió
en un símbolo de la llamada “cortina de hierro” entre los países occidentales y
la URSS y sus países satélite.
Pero
un punto clave de la caída del régimen soviético llegó cuando San Juan Pablo II
fue elegido Papa en octubre de 1978.
Para
Walesa, antes del pontificado de San Juan Pablo II “el mundo estaba dividido en
dos bloques” y “nadie sabía cómo deshacerse del comunismo”.
“En
Varsovia (Polonia), en 1979, él (San Juan Pablo II) simplemente dijo: ‘No
tengan miedo’, y luego rezó: ‘Que tu Espíritu descienda y cambie la imagen de
la tierra… de esta tierra’”.
El
movimiento Solidaridad, bajo el liderazgo de Walesa y con la inspiración del Papa,
llegó a aglomerar a más de un tercio de los trabajadores de Polonia y tuvo un
papel clave en el fin del comunismo en ese país y luego en la URSS.
En
un comentario póstumo por la muerte del Papa polaco en 2005, el historiador
británico Timothy Garton Ash, un agnóstico liberal, indicó que si bien “nadie
puede probar de forma concluyente que él (San Juan Pablo II) fuera la principal
causa del fin del comunismo”, “las figuras más importantes en todos los
bandos”, entre ellos el fallecido expresidente de Estados Unidos, Ronald
Reagan, “están de acuerdo en que él lo fue”.
“Sin
el Papa polaco, no hubiera habido la revolución de Solidaridad en Polonia en
1980; sin Solidaridad, no se habría producido ningún cambio dramático en la
política soviética hacia Europa oriental bajo (Mijaíl) Gorbachov; sin ese
cambio, no hubiera habido revolución de terciopelo en 1989”, en Checoslovaquia.
El
9 de noviembre de 1989, luego de que las autoridades soviéticas permitieran el
paso del este al oeste de Berlín, comenzó la demolición del muro. En 1991
Mijaíl Gorbachov disolvió la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Un
fragmento del Muro de Berlín se conserva en el Santuario de Fátima como
agradecimiento a la Virgen María por guiar “con cariño maternal” a los pueblos
“hacia la libertad”.
POR
DAVID RAMOS
Fuente: ACI