Guadalupe
considera que “partiendo de esa premisa, desde la fe, y la libertad que esta te
otorga, mi marido y yo decidimos asumir el diseño de familia que Dios
tuviera pensado
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| Guadalupe Pérez. Paraula |
Sin embargo, esta mujer ha conseguido el
doctorado con “cum laude” por la Universidad de Valencia, y acaba de publicar
una parte en el libro Memoria,
patrimonio y política. El marqués de Boil, a toda esta labor hay que unir que Guadalupe, que vive su fe en la
parroquia Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri, es madre de diez hijos..
¿Cómo puede hacer tantas cosas? Esta es la pregunta que se hacen muchos.
La
maternidad y el plan creador de Dios
En una entrevista en Paraula, semanario de la
Archidiócesis de Valencia, esta feligresa de la parroquia de Santo Tomás
Apóstol y San Felipe Neri explica que “frente a los planteamientos
feministas que afirman que la mujer está relegada en muchos ámbitos, mi
experiencia es que las dificultades no proceden tanto del hecho de ser mujer
sino del de ser madre. Es innegable que cuando estás criando hijos el
trabajo resulta más complicado y difícil.
Sin embargo, Guadalupe agrega que “puedo
afirmar que la maternidad no es un impedimento para que cualquier mujer, a
poca curiosidad y ganas de prosperar que tenga, pueda encontrar campos
abiertos. En mi caso, además, debo agradecer a los escolapios el apoyo
recibido. Afortunadamente, conozco otras mujeres que son madres y trabajan.
Para esta mujer la fe ha sido un elemento
fundamental en su vida, su familia y su trabajo. Opina que “tener una familia
numerosa de diez hijos no es ni un cuento de hadas ni un paraíso. Es más, no
creo que las familias numerosas sean mejores que las que no lo son. La
cuestión es bien distinta. Se trata de colaborar o no con Dios en su plan
creador”.
Agradecida
a Dios
Por ello, Guadalupe considera que
“partiendo de esa premisa, desde la fe, y la libertad que esta te otorga, mi
marido y yo decidimos asumir el diseño de familia que Dios tuviera pensado.
En este sentido, y como todo lo que vivimos, la experiencia de la maternidad
tiene momentos fantásticos y momentos duros. Como he dicho no es ningún cuento
de hadas pero tampoco te mata porque apoyados en Jesucristo se puede vivir
cualquier situación por complicada que parezca.
“Estoy muy agradecida a Dios,
además, porque en este momento de mi vida, con mis hijos ya mayores, ha hecho
posible que hiciera el doctorado y que haya podido adentrarme en el mundo de la
investigación que así me parece aún más apasionante”, agrega.
Esta madre de familia numerosa nunca se
dio por vencida y por fin pudo afrontar la tesis: “Al acabar la licenciatura de
Geografía e Historia se me quedó clavada la espinita de la investigación. Después
me casé y una serie de necesidades me imposibilitaron seguir por ese camino.
Empecé a trabajar en el colegio a la vez que iba creciendo la familia y con
niños pequeños no podía llegar a más. Pero cuando mi hijo pequeño cumplió
cuatro años vi que tenía más tiempo y me planteé comenzar el doctorado. En
mi interior se lo expuse a mi Padre del cielo y sorprendentemente fue cuadrando
todo con facilidad.
Algunas
cuestiones importantes
Centrándose ya en un aspecto más
relacionado con su profesión, Guadalupe habla del desprestigio que los planes
de estudios hacen en muchas ocasiones de las asignaturas de Humanidades. En su
opinión, “son importantes pero más que reforzarlas hay que revisar los
contenidos y su enfoque. Nuestro objetivo debe ser aproximarnos más a la verdad
y no asumir la carga de lo políticamente correcto sin reflexionar.
Por ejemplo, entre los contenidos de
Historia apenas tiene visibilidad la Edad Moderna, que es fundamental. Por
contra, los currículos se centran insistentemente en comparar el siglo XVIII,
bajo la denominación de Antiguo Régimen, con las revoluciones liberales, para
después confrontar a estas últimas con la llamada ‘cuestión social’, es decir,
la aparición del movimiento obrero. Incidir tanto en la contemporaneidad
desde el conflicto y descuidar periodos anteriores no es un planteamiento ni
casual ni inocente”.
Esta profesora también advierte que
“frente al movimiento pedagógico actual, que relega la memoria como recurso de
aprendizaje, a nadie se le escapa que las personas que padecen amnesia
resultan fácilmente manejables. La esencia de la materia es precisamente la
memoria del pasado, así como la búsqueda incesante de pistas que permitan
reconstruirla con el mayor grado de fidelidad. Por eso los datos fundamentales,
y aquí entran el espacio –geografía– y el tiempo –cronología– hay que
memorizarlos convenientemente.
Por otra parte, asegura que la clase
magistral está casi criminalizada. “Sin embargo, para nuestra materia es un
recurso muy valioso porque aquí el relato es fundamental. La experiencia me
dice que las narraciones interesantes enganchan a los alumnos”, expone.
Fuente:
ReL
