Para emprender una nueva evangelización se necesita conversión
El cardenal Arzobispo de Barcelona, padre sinodal en
el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento
vocacional, señaló tres sobre los trabajos que se están llevando a cabo en las
reuniones. Entre ellos, destacó la presencia y la cercanía del Papa Francisco.
También habló de la importancia de la coherencia y de como Jesús, siempre
"convocaba e invitaba", pero dejaba elegir con libertad
“No hemos
llegado a las conclusiones todavía, pero algunos puntitos quisiera señalar, muy
sencillos”: así responde el Cardenal Juan José Omella y Omella, al ser
interpelado sobre el desarrollo de los trabajos en el Sínodo de los obispos de
este 2018:
Uno, me impresiona la presencia, el
"acompañante" que es el Papa, que está en todas las asambleas
generales y escucha todo pacientemente: su presencia es
alentadora. Segundo, el ver la multiplicidad de ‘colores’ que tiene
nuestra Asamblea, porque viene gente de Oceanía, de Asia, de África, de Europa
y América Latina, de Estados Unidos, y cada uno viene desde su cultura. El modo
en cómo interpretan y viven el Evangelio nos hace de alguna manera
'relativizar' nuestras cosas y ampliar el horizonte: no es lo mismo la vida
cristiana de un joven en África, que la vida cristiana de un joven en
Europa. Esto nos hace decir: 'oye, ensancha tu corazón y escucha, atiende
y comprende también a los demás'. Y luego, el ambiente tan sano de
comunión y fraternidad que hay, a pesar de las diferentes lenguas y las
distintas procedencias: la simpatía, cómo se escuchan unos y otros, y las ganas
que tenemos de aportar lo mejor para la evangelización hoy en el mundo.
Para emprender una nueva evangelización se necesita conversión
La intervención del cardenal Omella en la 9ª
Congregación general, en línea en parte con la Evangelii Nuntiadi, en parte con
la Gaudium et Spes, hizo hincapié en la necesidad de la conversión para
emprender una nueva evangelización.
La Evangelii Nuntiandi nos dice que es muy necesario
en los momentos actuales, para emprender una nueva evangelización, una Iglesia
‘en salida’, una Iglesia más comprometida con la sociedad de hoy. Según la
Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, necesita sobre todo conversión:
tenemos que convertirnos, cambiar nuestros criterios.
La conversión, señaló el arzobispo de Barcelona, debe
estar en la línea de una mayor coherencia, “porque - dijo- los jóvenes nos
piden sobre todo a los adultos, a los cristianos, coherencia”.
Muchas veces hablamos de la Palabra de Dios,
predicamos lo que tenemos que hacer, decimos lo que tienen que hacer, hacemos
catequesis, pero nuestras vidas no corresponden del todo a lo que nosotros
predicamos, a los que nos dice el Evangelio. Ésa es una primera llamada la
conversión: vivir lo que nosotros proclamamos y decimos.
Los jóvenes nos piden coherencia
Segundo- prosiguió el cardenal narrando su
intervención - , cuando nos ordenan obispos, el obispo principal nos hace una
pregunta, entre otras: “¿quieres ser padre de los pobres?” Y respondemos
siempre “sí”. Pero luego resulta que cuando me encuentro yo un pobre por la
calle, o en mis encuentros en las parroquias, pues, le digo que tengo prisa
porque resulta que estoy haciendo otra cosa, o que huelen mal y entonces trato
de pasar de largo. Y sin embargo, fácilmente escribo una carta pastoral
diciendo “que importantes son los pobres en la vida de un cristiano y cómo
siguiendo el Evangelio y los consejos de Jesús, tenemos que servirlos”.
Coherencia: fácil escribir, más difícil vivir.
Dar libertad a los jóvenes
El cardenal arzobispo de Barcelona también habló del
tema de la necesidad de ser “más coherentes”, en lo que respecta a la libertad
de los jóvenes porque, dijo, “hablamos mucho de la libertad y sin embargo,
cuando tenemos jóvenes que en nuestras catequesis, en nuestras iglesias,
ejercen su libertad diciendo 'no quiero seguir sus consejos', me quiero incluso
marchar”.
Nos entristecemos y decimos 'hemos fracasado, ya no
emprendo nuevos caminos’. ¡No señor! Nosotros tenemos que dejar la libertad:
que puedan seguir o no seguir; como hacía Jesús: no todos le seguían y Él
dejaba libre, pero siempre convocaba e invitaba a todos.
Como Abrahán, emprender nuevos caminos
Pensando en la imagen de Abrahán que dejó su tierra,
su familia, su gente para ir a la tierra prometida, “siendo ya muy mayor”, el
cardenal Omella expresó sentirse interpelado por ella:
Yo creo que es una llamada también este sínodo a que nosotros, que somos ya mayores, digamos: “¡venga! Vamos adelante, emprendamos un camino de encuentro con la juventud y busquemos caminos nuevos para evangelizar hoy en día”. Todo es posible, la conversión es posible, y a pesar de la edad, si nos fiamos de Jesucristo y vamos en comunión, podremos emprender nuevos caminos de esperanza para el mundo.
Yo creo que es una llamada también este sínodo a que nosotros, que somos ya mayores, digamos: “¡venga! Vamos adelante, emprendamos un camino de encuentro con la juventud y busquemos caminos nuevos para evangelizar hoy en día”. Todo es posible, la conversión es posible, y a pesar de la edad, si nos fiamos de Jesucristo y vamos en comunión, podremos emprender nuevos caminos de esperanza para el mundo.
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
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