Pierluigi
Maccalli, misionero italiano ha sido secuestrado en Bomoanga, a 125 km de la
capital de Níger
“No
hemos recibido noticias del p. Pierluigi. Que yo sepa, sus secuestradores aún
no han dado señales de vida para pedir un rescate”, dice a la Agencia Fides el
p. Mauro Armanino de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA), hermano de
comunidad de Pierluigi Maccalli, misionero italiano secuestrado la noche del 17
al 18 de septiembre en Bomoanga, a 125 km de la capital de Níger, Niamey (véase
Fides 18/9/2018).
“Aún
así, los secuestradores ya han obtenido un resultado: se hablan de ellos en
todo el mundo”, enfatiza el p. Mauro. “Al secuestrar a un misionero occidental,
un grupo que quizás ni siquiera es muy grande, ha logrado ganar visibilidad
global sin coste alguno”.
“¿Podría
ser por motivaciones políticas?”, preguntamos al misionero. “Sin lugar a dudas,
pero hay que tener en cuenta que los secuestradores son de etnia Peuls”,
responde el p. Mauro, dejando entrever un panorama aún más complejo que el de
los grupos yihadistas que actúan entre Malí, Burkina Faso y Níger. Con Peuls (o
Fulani en Nigeria) se hace referencia a una población nómada que vive del
pastoreo distribuida en todo el cinturón saheliano que va desde Mali a Etiopía.
En
los últimos años, han surgido entre estas poblaciones sentimientos e ideologías
extremistas, y en varios países, desde Nigeria hasta Burkina Faso, o desde Malí
hasta la República Centroafricana, se han dado casos de violencia cometida por
los Peuls.
“La
radicalización de estas poblaciones se debe, al menos en parte, a las
dificultades ambientales que hacen que sea cada vez más difícil la búsqueda de
agua y pastos para sus rebaños”, explica el misionero. “En Níger, o en la
vecina Mali, hemos visto romperse las relaciones tradicionales que unían a los
Peuls con otras poblaciones, como los Touregs”, explica el p. Mauro.
“Esto
acentúa la inestabilidad y no me parece que la militarización que está teniendo
lugar en Malí y Níger ea la respuesta correcta para resolver estos problemas”,
dice el misionero, refiriéndose a las misiones militares enviadas por algunos
Estados occidentales a ambos países para luchar contra los movimientos
yihadistas que actúan en el área.
“Para
estabilizar a estos países, en lugar de enviar soldados, lo que hace falta es
garantizar que puedan recuperarse las relaciones entre las diferentes
poblaciones. Solo creando un ambiente de intercambio y de relaciones entre los
habitantes de estas áreas se lograrán resultados positivos”, concluye el
misionero.
Agencia
Fides
Fuente:
Aleteia