Mirando
al cielo
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Me
encanta observar el cielo. Muchas noches, antes de irme a descansar, me asomo a
ver las estrellas. Y siempre me llama mucho la atención ver cómo se mueve
alguna de ellas... ¡hasta que me doy cuenta de que son aviones que están
volando a kilómetros de altura sobre nuestras cabezas!
Creemos
que debe de haber una “autopista de aviones” sobre el monasterio, porque, mires
a la hora que mires, siempre se ven uno o varios, y, sobre todo, gran cantidad
de estelas blancas que hablan de que por allí pasó uno.
A
veces es impresionante ver estelas en un montón de direcciones, que permanecen
ahí largo rato después de haber pasado el avión.
Recuerdo
haber visto alguna vez cuando era pequeña otro tipo de aviones, que maniobraban
más bajo, haciendo un juego de estelas de colores, o dejando un mensaje, o
incluso un pequeño dibujo...
¡Qué bonito y qué significativo! Porque, cuántas personas tenemos a nuestro alrededor que, cómo estos aviones, dejan una estela de luz, de amor, de vida... que nos llama la atención y nos hace mirar al cielo. Algunos de ellos los vemos lejos de nosotros, tan altos que parecen inalcanzables, pero lo que más nos atraen son los que vuelan cerquita, con los que podemos encontrarnos y despiertan en nosotros el deseo de volar como ellos.
Son
esas personas que día a día tienen actitudes que asombran, que llenan de
alegría un momento compartido, que te llevan a Cristo o te señalan el camino
que ellos han seguido para llegar hasta Él. En realidad todos vamos subidos en
“nuestro propio avión”, todos vamos dejando una estela, solo que la nuestra no
la vemos.
Cristo
nos ha devuelto la capacidad de amar, de ser libres, nos ha hecho capaces de
despegar y alzar el vuelo. En su muerte y Resurrección está nuestro motor y
toda la fuerza que necesitamos para dejar “buena huella” a nuestro paso.
Hoy
el reto del amor es dar gracias por tres amigos. A lo largo del día te
encontrarás con muchas personas, pero hoy detente a dar gracias por esas que
conmueven tu interior, que te levantan el ánimo cuando estás flojo, o que te
acompañan cuando lo necesitas. Y si hoy sientes que todo va en tu contra,
recuerda que los aviones para despegar se ponen en dirección contraria al
viento...
¿Listo
para despegar? ¡Alza tu vuelo!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma