El neo cardenal Konrad Krajewski, Limosnero
Pontificio, celebró "la púrpura" recibida en el Consistorio del 28 de
junio con una cena especial en el Vaticano junto a 280 pobres, refugiados y
expresidiarios. El Papa llegó por sorpresa para sumarse al festejo
El neo cardenal Konrad Krajewski, Limosnero
Pontificio, celebró "la púrpura" recibida en el Consistorio del 28 de
junio con una cena especial en el Vaticano junto a 280 pobres,
refugiados y expresidiarios.
Servidos y asistidos por 80 voluntarios, entre ellos
diáconos permanentes y las Misioneras de la Caridad, que ya
colaboran con la Limosnería apostólica distribuyendo comida a
quienes viven en dificultades o no tienen casa en las estaciones ferroviarias
romanas; los participantes de esta celebración se sentaron a la mesa en una
sala grande, el 29 de junio por la tarde, fiesta de los santos Pedro y
Pablo, patronos de Roma, después de que Krajewski concelebrara la misa
junto al Santo Padre, los otros nuevos cardenales y los 28 arzobispos
metropolitanos que recibieron el palio.
La llegada
sorpresa del Papa
Pero la sorpresa tuvo lugar alrededor de las 18.30,
cuando apareció el Papa Francisco deseoso de sumarse al festejo y compartir
mesa con todos los allí presentes, incluidos los familiares del neo purpurado,
también conocido como “don Corrado”, oriundo de Polonia.
«Mira, don Corrado, que no he venido por ti ¡sino por
todos ellos!», dijo el Pontífice bromeando antes de sentarse y permanecer allí
unas dos horas, hablando con todos y escuchando sus historias, a menudo
cargadas de sufrimientos pero también de tantas esperanzas.
Preocupación
del Papa por los niños migrantes
Asimismo, estuvo presente un grupo de voluntarios de
la Comunidad de Sant'Egidio, que también colaboran Limosnería
apostólica y que compartieron algunas anécdotas que ocurrieron durante la
comida.
Entre las numerosas conversaciones que el Papa mantuvo
a lo largo de la cena con los refugiados, destacó la presencia de una niña
siria nacida en Roma, que ayer recibió el sacramento del Bautismo. El Santo
Padre la bendijo y expresó también su conmoción sobre la cuestión de los
niños migrantes, que están siendo separados de sus madres en las zonas de la
frontera entre Estados Unidos y México.
Una cena en familia
La velada estuvo marcada por un ambiente de
familiaridad y fraternidad en la que todos pudieron compartir con el Santo
Padre sus testimonios de vida, contando cómo, (aún siendo pobres, algunos
viviendo en las calles y otros siendo expresidiarios); sienten la necesidad
"de ayudarse unos a otros".
Sin duda, se trata de testimonios que tocaron el
corazón de Francisco. También hubo espacio para las fotos en grupos y momentos
de risas, como el que surgió cuando uno de los participantes de la cena, con
una larga barba blanca (véase en la foto del artículo), tomó el solideo rojo
del cardenal Konrad Krajewski, colocándoselo para la foto.
Sergio Centofanti - Ciudad del Vaticano
Vatican News