Capacitados, muy
capacitados
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
y el domingo tuvimos dos visitas muy especiales. Cada día nos visitó un grupo
de personas con distintas discapacidades (intelectuales o en el desarrollo). No
sé qué se llevaron ellos, pero en mí, cada uno de los que vino ha dejado
huella.
Nos
regalaron unas flores hechas por ellos para la Virgen, unas ingeniosas velas
hechas con cápsulas de café y una tarjeta en las que aparecía el nombre de cada
monja y una frase personalizada. En la portada... un gran corazón y más
corazones decorando. Nos impactaron tantos corazones, y es que en ellos veíamos
que tenían lo más importante.
Vivimos
en una sociedad en la que el valor de la persona está en el hacer, en las
capacidades físicas o intelectuales. Los méritos, los logros... se han
convertido en motor de la sociedad.
Miraba
a estas personas y me decía: “¡Capacitados, son capacitados!”. Son capacitados
para lo más grande, que es el Amor. El Amor es la más necesaria de las
capacidades, pues puedes perder el trabajo, vivir una enfermedad o tener mil
complicaciones, pero el Amor siempre permanece. Estas personas apuestan
constantemente por amar: si se sienten queridos vuelven a ti, valoran un
abrazo, un gesto, siempre tienen algo que decirte, una sonrisa que regalarte.
A
nosotros nos puede pasar que “nuestras capacidades” nos hagan dar por hecho el
amor, dar por hecho que tus padres, tus amigos, tu marido o tu mujer están ahí,
que simplemente os queréis.
Jesús
se acercaba a los pobres, a los débiles; no buscó a los sabios ni poderosos.
“Amaos unos a otros como yo os he amado”, en esto resumía toda la Ley. Tu valor
no está en tus capacidades, pues son dones que te han sido dados. Tu valor está
en que optes por dejarte amar por Cristo y, desde ese amor gratuito, vivas tú
desde el amor.
Hoy
el reto del amor es que no des por hecho el amor. Si sientes que has quedado
“discapacitado”, es momento de volver a apostar por el Amor. Ten un detalle con
esa persona que te ha venido a la cabeza. “Ama y haz lo que quieras”.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma