Se estima que cada día entran alrededor de 60 mil personas de
Venezuela a Colombia por estas vías
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Niño migrante almuerza en la
Casa de Paso "Divina Providencia" en Cúcuta
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La
asistencia de la Iglesia Católica sigue en pie, dando ayuda, alimento y
medicinas frente a la incesante migración de venezolanos que abandonan su
patria, sumida en una profunda crisis económica y social bajo el Gobierno de
Nicolás Maduro.
En
diálogo con EWTN Noticias, Mons. Víctor Manuel Ochoa, Obispo de Cúcuta, indicó
que “en total estamos repartiendo unas 8 mil raciones cada día de alimento
caliente a los hermanos venezolanos, y les estamos atendiendo pastoralmente con
algunas catequesis, con el rezo del Santo Rosario, con la celebración de la
Santa Misa y un acompañamiento pastoral a cada uno de ellos”.
Además,
indicó, “tratamos de ayudar a quienes también necesitan medicina y hospitalización”.
El
río Táchira sirve, en algunos de sus tramos, como frontera natural entre San
Antonio del Táchira, en Venezuela, y Cúcuta en el lado colombiano.
Dos
puentes unen a ambos países: el Puente Internacional Simón Bolívar y el Puente
Francisco de Paula Santander.
Se
estima que cada día entran alrededor de 60 mil personas de Venezuela a
Colombia por estas vías.
Este
tráfico, explicó Mons. Ochoa, aumentó “muchísimo en el último mes”.
“Tenemos
casi 60 mil personas que diariamente entran a Colombia. Algunos días mucho
más”.
Recientemente
el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció nuevas medidas para
disminuir la intensidad a la oleada migratoria. Entre ellas, que los
venezolanos debían cruzar con su pasaporte y ya no con la tarjeta de migración
fronteriza.
Además,
dispuso del envío de miles de soldados y policías para controlar los accesos
fronterizos.
“¿Qué
ha cambiado? Antes podían entrar con la tarjeta de migración fronteriza. Era un
carnet que se tramitaba a través de internet, aportando documentos y aportando
elementos para poder venir a Colombia. Ahora el Gobierno colombiano pide el
pasaporte vigente y pide también que sea registrado”, explicó el Obispo
colombiano.
Dijo
que estas medidas han ocasionado “una lentitud un poco grande en la entrada de
los venezolanos o también el regreso de colombianos a la ciudad”.
“Hay
un poco más de orden”, reconoció, pero advirtió que también “hay un poco
de dificultades también para las personas que por razones de salud o
médicas pasan a la ciudad”.
Pero
para la Iglesia, la asistencia a los migrantes no ha cambiado. “Tenemos una
casa de paso, Divina Providencia, y tenemos ocho comedores de caridad en la
ciudad”, dijo.
“Es
un trabajo que se hace gracias a la generosidad de muchos voluntarios,
hombres y mujeres de nuestras parroquias. Y de los movimientos apostólicos y de
los movimientos eclesiales que están vinculados a esta iniciativa y a este
trabajo pastoral que realizamos”, señaló.
Fuente:
ACI
