“No tengan miedo de hacer
con la oración que la miseria de los hombres se acerque al poder de Dios”
En
el Santuario del Señor de los Milagros de Lima, el Papa Francisco compartió con
las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas la oración de la Hora Media y les
pidió que la intercesión por los necesitados, víctimas de la cultura del
descarte, sea la característica de su oración
Rezando
junto a 500 Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas ante la mirada del Señor de
los Milagros, Patrono del Perú, el Papa Francisco inició el tercer y último de
día de su 22° Viaje Apostólico Internacional. Tras recorrer la nave central del
“Santuario de las Nazarenas”, el Papa oró en silencio ante la “Venerada
Imagen”, y finalizada la oración de la Hora Media junto a las religiosas
peruanas de vida contemplativa, inició su Homilía.
Faros que indican el
camino hacia el único Señor
“Sean
faros con su vida fiel e indiquen a Aquel que es camino, verdad y vida, al
único Señor que ofrece plenitud a nuestra existencia y da vida en abundancia”
pide el Santo Padre a las religiosas. A las “queridas hermanas de los
diversos monasterios de vida contemplativa” Francisco expresa también su
alegría de estar con ellas y agradece, en particular, las palabras de la Madre
Superiora que afirma que “desde el silencio del claustro” caminan siempre a su
lado.
Renovar el gozo de
sabernos hijos de Dios
En
su homilía, el Vicario de Cristo hace referencia a las palabras de San Pablo
que recuerdan la adopción filial “que nos hace hijos de Dios” y es
este “gozo de sabernos hijos” – asegura el Papa – la riqueza de toda vocación
cristiana. Un gozo que es importante renovar día a día”. “Un camino
privilegiado que tienen ustedes para renovar esta certeza es la vida de
oración, comunitaria y personal”, – les dice el Papa – núcleo de su vida
contemplativa y oración siempre misionera”.
Ser el amor, con la
oración misionera
A
las 500 religiosas contemplativas presentes en el Santuario, el Papa habla de
la importancia de su oración misionera, que les permite unirse a los hermanos
“y rezar para que no les falte el amor y la esperanza”. Y es el amor el motor
que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia, recuerda Francisco retomando
las palabras de santa Teresita del Niño Jesús. Ser el amor, explica, “es saber
estar al lado del sufrimiento de tantos hermanos”, de esta manera,
"vuestra vida en clausura logra tener un alcance misionero y universal y
un papel fundamental en la vida de la Iglesia”.
Acercar a los hermanos a
la misericordia sanadora del Señor
Son
los muchos hermanos y hermanas presos, emigrantes, refugiados y perseguidos;
las tantas familias heridas, las personas en paro, los pobres, los enfermos,
las víctimas de dependencias el centro de la oración e intercesión de las
hermanas carmelitas, recuerda el Pontífice. “Ustedes son como los amigos que
llevaron al paralítico ante el Señor, para que lo sanara”, les dice el Papa,
porque acercan al Señor la vida de aquellos que no pueden alcanzarlo para
experimentar su “misericordia sanadora”.
“No
tengan miedo de hacer con la oración que la miseria de los hombres se acerque
al poder de Dios”
Oración y servicio
concreto
Gracias
a esta oración e intercesión constante por los hermanos, es que “la vida de
clausura no encierra ni encoge el corazón sino que lo ensancha por el trato con
el Señor y lo hace capaz de sentir de un modo nuevo el dolor” - explica
Francisco - y recordando a tantas víctimas de la 'cultura del descarte' les
pide que la intercesión por los necesitados sea la característica de su
plegaria. "Y cuando sea posible ayúdenlos, no sólo con la oración, sino
también con el servicio concreto”.
Rezar por la unidad de la
Iglesia peruana
El
Santo Padre afirma que la oración de las Carmelitas sintoniza con aquella del
Corazón de Jesús “que implora al Padre que todos seamos uno”. “¡Cuánto
necesitamos de la unidad en la Iglesia! ¡Hoy y siempre!” exclama y pide por
favor “que recen mucho por la unidad de esta amada Iglesia peruana, porque está
tentada de desunión”. Rezar, esforzándose en la vida fraterna, “haciendo que
cada monasterio sea un faro que pueda iluminar en medio de la desunión y la
división. Ayuden a profetizar que esto es posible”.
Anunciar siempre el amor
de Dios
El
Papa Bergoglio afirma que la vocación vivida en fidelidad hace que la
vida sea anuncio del amor de Dios. Y por ello pide a las religiosas
contemplativas “que no dejen de dar ese testimonio”. “Queridas hermanas, la
Iglesia las necesita”, exclama el Papa en la Iglesia de las Nazarenas
Carmelitas Descalzas. Y las insta a ser "faros con su vida fiel, para
indicar el camino de Aquel que es el camino, verdad y vida”.
Concluyendo
su homilía Francisco les hace un último pedido: rezar por la Iglesia y sus
pastores, por los consagrados y las familias, por los que sufren, por los que
hacen daño, por quienes explotan a sus hermanos. Y también por él.
María
Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
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