El cardenal señala que
es indispensable una renovación eclesial para pasar “de una feligresía que
busca los servicios de sus pastores, a una Comunidad de Discípulos Misioneros”
El
neo electo Arzobispo primado de México, S.E. el cardenal Carlos Aguiar Retes,
emitió un mensaje desde la diócesis de Tlalnepantla de Corpus Christi este 11
de diciembre dirigido a la Iglesia que peregrina en la Arquidiócesis de México,
en el que, tras saludar y compartir con alegría con la feligresía y el clero,
su reciente elección, expresa su disposición a servir a dicha Iglesia
particular por decisión del Sumo Pontífice, y manifiesta el ejercicio de su
ministerio en la conciencia del cambio de época y de sus consecuencias:
“Desde
que Dios me llamó al ministerio episcopal como Obispo de Texcoco, luego como
Arzobispo de Tlalnepantla, y ahora como Arzobispo Primado de México, lo ejerzo
consciente del Cambio de Época y de sus consecuencias. Así he asumido lleno de
esperanza los grandes desafíos que esto implica a la Iglesia, especialmente en
la manera de cumplir su misión en el Mundo de hoy”, escribe.
El
purpurado también reitera - en el contexto de un cambio de época en que se vive
un disenso y una confrontación de valores que “cambia radicalmente la conducta
social y la pone en constante crisis” - la necesidad de la Nueva
Evangelización, y señala lo indispensable de una renovación eclesial para pasar
“de una feligresía que busca los servicios de sus pastores, a una Comunidad de
Discípulos Misioneros”.
Después
de señalar la importancia de formar a los cristianos en el discernimiento
personal y eclesial “para descubrir la voluntad de Dios a la luz de su Palabra
y en la interpretación de los acontecimientos”, evoca la necesidad de una
Iglesia misionera que salga al encuentro de todos en los distintos ámbitos de
la sociedad, y anima a cultivar una actitud abierta al diálogo participativo y
propositivo, que mire al bien de la sociedad.
En
las últimas líneas del primer mensaje tras su nombramiento, el cardenal Carlos
Aguiar Retes recuerda que la Iglesia necesita de todos los bautizados para
renovarla y hacerla capaz de transmitir la fe a las nuevas generaciones y se
encomienda a nuestra Madre Santísima de Guadalupe: “que ella nos ayude a
discernir la voluntad de Dios para la Iglesia Arquidiocesana de México, y
seamos una Iglesia Sinodal en donde Pastores y Pueblo de Dios seamos uno – como
lo expresa mi lema episcopal- “Que todos sean uno”, concluye.
Griselda
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