Un comienzo... a su manera
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hoy
comenzamos nuestro segundo día de ejercicios espirituales. Y, ¡hay que ver!,
que siempre me pasa la misma.
Anoche,
en la oración, le decía al Señor, ya un poco nerviosa: “Mira, Señor, tengo
tantas cosas en la cabeza, tantas cosas que se me ocurren para hacer, son
tantos los pensamientos que llenan mi cabeza, que, fíjate, ha pasado ya el
primer día y aún no he entrado de lleno en los ejercicios”.
Creo
que el Señor se echó una sonrisa, pero con ese cariño y ese amor que tiene
hacia nuestra pequeñez. Y, al cabo de un rato, me puso una imagen que me ayudó
mucho a comprenderme un poco más:
Muchas
veces nuestra cabeza está llena de ideas por aquí, de conversaciones por
allá... de pensamientos y pensamientos que se solapan unos a otros sin dejar
espacio para más.
Cada
uno de ellos es como si fuera un grano de arena, que se suma a otro, y a otro,
y terminan por convertirse en un arenal. Pero no hay ninguna unidad entre un
grano y otro, no hay vida en ellos, sólo es un desierto seco de muchos granos
de arena.
Sin
embargo, cuando se derrama un poco de agua, la cosa cambia mucho.
La
primera gota parece como si no hiciera nada, pero, poco a poco, el agua va
calando hacia el interior. Los granos de arena comienzan a unificarse, dejan de
ser granos y se convierten en una masa, en una arcilla para modelar.
Y
es que el Señor necesita de su tiempo para que Le dejemos trabajar en nosotros.
No importa que te despistes mucho en la oración; si estás allí, poco a poco
este Agua irá calando hasta lo profundo de tu corazón. Y, si te vas dejando
calar por Él, tu corazón se convierte en barro en las manos del Señor. Sólo en
Sus manos puedes tener la certeza de que hará de ti una vasija nueva, modelada
por Él con todo su amor por ti.
Esto
hizo Cristo con la samaritana, que tantos complejos tenía, tan culpabilizada se
sentía, eran tantos los pensamientos que rondaban su cabeza... pero, yendo a
aquel pozo a por agua, se encontró con el Agua Viva que transformó su vida por
completo.
Hoy
el reto del amor es hacer un ratito de oración. No tengas miedo a parar con Él,
nunca será una pérdida de tiempo. La oración es acercarse a la Fuente Viva para
que tu arenal se empape de su Agua y sea Él quien modele tu vida.
Cristo
en Persona, ¡te espera!
VIVE
DE CRISTO
Pd:
Aprovechamos para pedir oraciones para estos días de ejercicios. Que el Señor
se derrame con su Gracia, para que, llenándonos de su Amor, podamos seguir transmitiéndolo
a todo el que entra en contacto con nosotras. También nosotras os ponemos a
todos a Sus pies. ¡Gracias por tu oración!
Fuente:
Dominicas de Lerma